La última actuación
Los que tuvieron la suerte de escucharle por última vez en su vida, unas 2.000 personas a 600 pesetas la entrada, aseguran que fue un concierto mucho más rocanrolero de lo habitual en él. Lo dedicó a su madre. Cantó durante una hora y cuarto y desgranó las canciones más importantes de su vida."Los músicos tocaron fantásticamente y Antonio hizo lo que pudo, pero se le notaba que estaba fatal. Le arroparon en todo momento y la impresión general fue buena porque había muchas ganas de verle y muchos incondicionales, aunque tal y como lo estaba pasando parecía que en cualquier momento se iba a echar a llorar", asegura uno de los espectadores que acudieron a verle cantar y tocar en el pabellón Anaitasuna de Pamplona, el pasado viernes 26 de mayo, el día que Antonio Flores dio el último concierto, de su vida.
Horas antes había llegado a la capital navarra con un aspecto físico muy malo. Cansado, sin dormir, con unas improvisadas gafas de sol que ocultaban sus enrojecidos ojos y una de sus manos escayolada debido a un puñetazo, estampado contra una pared en un momento de depresión tras la muerte de su madre. La organización pidió a la prensa que no formulara pregunta alguna sobre el fallecimiento de Lola Flores. Antonio había advertido que en caso contrario abandonaría la sala inmediatamente.