'Black Mask '
La primera revista pulp, llamada Detective Story Magazine, fue, fundada en 1915; y entre la pléyade de revistuchas -la mayor parte de nula entidad- que su nacimiento desencadenó, hay una, Black Mask, fundada en 1920, que tiene importancia capital.Black Mask es el distintivo de uno de los más singulares itinerarios de la literatura estadounidense del siglo XX, pues en sus páginas -tras comenzar titubeante en otra revista: The Smart Set- Dashiell Hammett desarrolló, hasta alcanzar la plenitud, su idea de un relato plenamente sustantivo y prácticamente despojado de adjetivos; elaboré sus modelos narrativos primordiales; y compuso la mayoría de sus cuentos, quintaesencia de lo que hoy se entiende por pulp fiction.
Esta aventura de la imaginación hubiera sido imposible sin otro hombre muy distinto, pero también excepcional: Joseph T. Shaw, tercer director de Black Mask y especie de escritor sin escritura, conocedor apasionado y profundo de estos relatos derivados de las dime noveis decimonánicas y de los westerns de cuerda. Shaw quedó atrapado por la personalidad -dicen que en sus silencios era impenetrable y enigmático; y en sus palabras perturbador y fascinante- de Hammett. Erle Stanley Gardner, campeón de la primera etapa de Black Mask, entre 1920 y 1923, protestó airado por lo que llamó hammettización de la revista desde que Shaw se hizo cargo de ella en 1923. No se equivoc6en su diagnóstico, aunque si en su protesta.
Más tarde, otro gran escritor formado en la angostura de las pulp fictions, Raymond Chandler, que conoció a Hammett durante una cena, diez años después, y no cruzó con él ni una palabra, se mostró acorde con Gardner, pero dió a su acuerdo el sentido opuesto. Dijo el creador del detective Marlowe: "Hammett devolvió el crimen a su lugar natural: la calle".
Es decir, volvió del revés, como un saco, las tradicionales intrigas policiacas de tipo deductivo, procedentes de la literatura británica, y creó una especificidad americana más intrincada y arriesgada, cuyo nido fue el papel de estraza de Black Mask, donde se forjaron -además de Hammett, Gardner y Chandler- David Goodis, Horace McCoy, Cornell Woolrich, Ross MacDonald, James Cain y muchos más escritores de esta estirpe, que tuvieron su edad dorada en el periodo de entreguerras, la época más fértil del género negro, pues está íntimamente ligado: primero al anuncio subterráneo de la Gran Depresión del 29; y después a las consecuencias de ese derrumbe del sueño americano, catástrofe en la que las pulp fictions adquirieron condición de radiografías del subsuelo del asfalto, material y moral, de aquel tiempo, que sigue siendo. el nuestro. De ahí la vigencia de estos relatos clásicos, que les permite ser todavía materia viva del cine contemporáneo.
