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VIOLENCIA INTEGRISTA EN EL MAGREB

La comunidad religiosa española seguirá en Argelia a pesar del asesinato de las dos monjas

La comunidad religiosa española no desea abandonar Argelia, a pesar del asesinato de las dos hermanas agustinas misioneras perpetrado el domingo por un supuesto comando del Grupo Islámico Armado (GIA). Con estas dos muertes, se eleva ya a cuatro el número de religiosos católicos asesinados en Argel y a 68 el de extranjeros abatidos, entre ellos otro español, desde que se declaró la caza contra la comunidad internacional. Los cadáveres de las dos religiosas serán repatríados hoy a España y se espera que lleguen hacia las 16.30 al aeropuerto de Madrid-Barajas para proceder mañana a su entierro.

La decisión de "no abandonar" no ha sido tomada oficialmente, pero los miembros dé las diferentes comunidades religiosas en Argel y los portavoces diplomáticos de las diversas embajadas lo dan por seguro. Todos coinciden en asegurar que nadie se moverá de su sitio y menos en estos momentos, ya que el lo significaría dar la razón a los radicales integristas armados.Pero, a pesar de esta firme decisión, se hace inevitable la reflexión, que conllevará seguramente una reducción paulatina de algunas comunidades o la retirada estratégica y temporal de los que viven en las zonas más conflictivas, se aseguraba ayer. Un proceso similar ha venido sucediendo en los últimos meses y en especial tras el asesinato de los dos religiosos franceses, perpetrado el pasado 8 de mayo en la alcazaba de Argel.

"Nadie nos retiene aquí por la fuerza", aseguraba ayer por la mañana una de estas hermanas, dolorida aún por el asesinato de las dos monjas españolas. Afirmaba con firmeza que son libres de quedarse o dejar Argelia, que es una decisión personal, que cada una debe o ha tomado al margen de la dirección de su comunidad. Ella ha optado por quedarse.

Este principio de libertad de acción fue explicitado hace poco más de un año en un sínodo o reunión especial que los representantes de todas las comunidades católicas celebraron en Argel. Estaban todos y se habló de todo, incluso de las dificultades del diálogo con la comunidad religiosa islámica, piedra de toque y pieza fundamental de la carta constituyente de algunas de las congregaciones, que están establecidas en Argelia.

Los debates de esta reunión quedaron reflejados en un documento redactado por el obispo de Orán, monseñor Clavería, en que las comunidades religiosas católicas renovaron su compromiso con Argelia. Pero mucho antes de que se redactara este documento el cardenal Ettiene Duval, de cerca de 90 años, había ratificado con su presencia este pacto. Es el último sobreviviente de una iglesia militante frente al imperio colonial francés. Vive aún junto a la antigua basílica.

Ayer por la tarde en la casa diocesana del barrio de El Biar, el arzobispo de Argel, Henri Tessier, habló de la necesidad de abrir este procesó de reflexión sobre lo sucedido en el barrio de Bab el Oued y sobre las repercusiones que el suceso tiene con respecto a su presencia en Argelia. El responsable de la comunidad católica hizo estas declaraciones en el transcurso de una ceremonia religiosa en recuerdo de las monjas españolas asesinadas, celebrada en la capilla de esta residencia. No fue acto multitudinario. Sólo acudieron un centenar de personas, entre las que se encontraba un sólo alto funcionario del Gobierno argelino, perteneciente al Ministerio de Sanidad, y poco menos de media docena de embajadores.

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Los cadáveres de las hermanas Esther y María partirán hoy al mediodía hacia Madrid, en un vuelo regular de Iberia. En el mismo vuelo viajará, con toda seguridad, Manuel, de 90 años de edad, un veterano de dos guerras, la civil española y la de liberación de Argelia. Manuel está amenazado de muerte por los fundamentalistas radicales y por ello ha decidido dejar el país.

"No tengo miedo a la muerte, pero no quiero sufrir y agonizar degollado", había asegurado Manuel el otro día, cuando solicitó protección a la Embajada de España y denunció las amenazas de los integristas.

Acto de homenaje

A su llegada a Madrid, Javier Solana, ministro de Exteriores, rendirá un homenaje a las dos víctimas en el aeropuerto de Barajas en nombre del Gobierno. La Oficina de Información Diplomática emitió ayer un comunicado en el que el Ejecutivo español expresa su consternación y repulsa por el asesinato de las dos religiosas españolas y requiere al Gobierno argelino para que investigue el crimen con el máximo rigor.

Entre las numerosas declaraciones de condena por la muerte violenta de las dos monjas españolas, destaca el mensaje de Juan Pablo II dirigido al arzobispo Tessier. El Papa expresa su "consternación" ante la noticia del asesinato y asegura ofrecer sus oraciones para que estas dos muertes de "aceleren el proceso de diálogo, de reconciliación y de paz en el país al que las dos religiosas se entregaron con generosidad".

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