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La Liga Norte recorta los poderes de Umberto Bossi

Las cosas no van bien para la Liga Norte, que, según los sondeos, vería hoy reducidos en casi un 75% los 122 escaños que obtuvo en las elecciones del pasado 27 de marzo. Siete diputados acaban de abandonar el partido, denunciando el liderazgo implacable de un Umberto Bossi que reacciona con iniciativas mal aceptadas, como la de publicar una lista negra de 10 periodistas críticos. En ese contexto de crisis se ha decidido crear una "coordinadora" que coopere en la dirección con el líder. La medida ha sido interpretada como un recorte de los poderes de Bossi.La creación de la coordinadora tiene también como transfondo las reiteradas advertencias proferidas por Bossi de que, si su proyecto federalista no da un paso decisivo en los próximos meses, la Liga dejará caer el Gobierno en enero, en cuanto los Presupuestos Generales del Estado se aprueben en el Parlamento.

Bossi, consciente de la situación de su partido, descarta, no obstante, la convocatoria de elecciones generales y se orienta hacia la constitución de un Gobiemo institucional, quizá con el centro y la izquierda, durante el tiempo preciso para reformar la ley electoral y reordenar la distribución de las televisiones. Ese es un paso que la Liga y la oposición consideran inexcusable antes de la celebración de nuevos comicios.

Pero buena parte de la Liga no ve con tranquilidad este proyecto. Entre otras cosas, porque el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, según reiteró ayer, no está dispuesto a dejar la dirección del país si no es por una derrota en las urnas. Y el líder de Forza Italia aseguró también ayer, durante una entrevista semanal que concede a la radió estatal, que el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, responsable último de las convocatorias electorales, está de acuerdo con él en que, si cae este Gabinete, habrá que votar de nuevo.

Prueba de este estado de cosas es que Bossi accedió a la creación de la coordinadora en respuesta a una petición en ese sentido que le fue dirigida por Roberto Maron¡, su segundo en el partido hasta que se incorporó, como ministro del Interior, al Gobierno. Desde entonces, Maroni ha marcado una distancia frente a comportamientos políticos de Bossi. Incluso se ha mostrado partidario de que la Liga, Forza Italia y Alianza Nacional (AN) tendieran a fusionarse en una sola organización, mientras que Bossi ha seguido tratando a AN de fascista y a Berlusconi de empresario poco fiable vinculado al "antiguo régimen".

Según ha dicho Maroni, la coordinadora debería servir para aliviar la situación del grupo parlamentario de la Liga, que "lamenta desorientación y dificultad para interpretar las señales que vienen de la secretaría". Se trata, en definitiva, de que Bossi vuelva a tener "los interlocutores que ha perdido" desde que las principales figuras del partido' pasaron a ocupar cargos institucionales, tras las elecciones.

Bossi juega, por su parte, con la posibilidad de cambiar a los ministros de la Liga, ante la posibilidad de que alguno de ellos vaya a Bruselas como comisario europeo. En el contexto de esa remodelación, le ha ofrecido también la cartera de las Reformas Institucionales a Gianfranco Miglio, el constitucionalista que rompió con la Liga antes de las elecciones, tras acusar a su líder de ser un politicastro y un traidor al federalismo.

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La Liga desearía recuperar a Miglio, ahora que piensa j upar al proyecto federal como principal objetivo político. Pero el profesor ha puesto una condición: que Bossi se retire del partido al menos durante dos años. Ello complica los problemas del líder.

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