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42 FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Llorar tres veces

Rocío García

Entró con las mandíbulas contraídas a la misma sala donde se hacía público el palmarés. Se quedó en una esquina, cerca de la puerta, silencioso y tenso. Cuando Francesca Neri leyó su nombre, Javier Bardem se echó a llorar y salió a la calle en busca del cielo. "Es un regalo del cielo que le dedico a Carmelo Gómez, porque él ha sufrido tanto como yo", fue lo primero que dijo el actor madrileño, de 25 años, cuando, ya más tranquilo, inició el regreso al hotel María Cristina. Poco le duró, ya que al enterarse, en la misma calle, que Días contados había ganado la Concha de Oro a la mejor película, comenzó a llorar de nuevo y, sin poder hablar, se fue medio escondido a su habitación.Y por la noche, al recibir el premio en la gala de clausura, Bardem volvió a llorar y se quedó sin habla, sin escuchar; probablemente, el pateo de un grupo de espectadores descontentos con los galardones.

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"No me lo creo, pero soy muy feliz", declaraba, ya más sereno aunque muy aturdido, momentos después. "Este es un premio a la intuición", dijo el actor, quien se mostró seguro de que ha sido la conjunción de sus dos trabajos presentados en el festival el motivo de su premio. La furia de Bardem contrastó con la calma silenciosa de su madre, la también actriz Pilar Bardem, quien, después de darle un emocionado abrazo en el mismo hall del hotel María Cristina, se esfumó del escenario dejando saborear la gloria a su hijo.

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