_
_
_
_
FERIA DE COLMENAR

La Guardia Civil, de nuevo

El escandalazo del día anterior se repitió en Colmenar con mayor virulencia -aunque quizá con menor motivo- pues prácticamente el pueblo entero se rebeló contra los atropellos de los taurinos y quienes les amparan, se plantó delante de la plaza al acabar la corrida y esperó a que compareciera el presidente, que lo era el comisario de policía Marcelino Moronta, para cantarle las verdades del barquero. Sólo que el presidente permanecía oculto en el coso aguardando a que se calmaran los ánimos, y salió una hora más tarde, custodiado por la Guardia Civil. El público que asistió a la última corrida de la Feria de Colmenar venía ya soliviantado de la función del jueves, en la que la pasividad del presidente de entonces ante el fraude, Francisco González, pudo provocar una grave alteración del orden. Estaba caliente -suele decirse en plata- y bastó una chispa para que prendiera el alboroto.Ocurrió en el quinto toro, una especie de buey que salió reservón, escondiendo la cara entre los brazuelos, y pareció por eso inválido. Se desató, en consecuencia, la bronca, cayeron botes al ruedo, y quizá por evitar mayores males, el presidente Moronta ordenó su devolución al corral. Pero en. los corrales se encontraba otro mal mayor: un sobrero impresentable, tipo liebre, y al verlo aparecer, la plaza entera saltó de los asientos manifestando su indignación' volvieron a volar botes, los mozos de las peñas corrieron hacia el palco, le dijeron al presidente de todo, le arrojaron objetos y le obsequiaron con. una estruendosa tamborrada. Marcelino Moronta, mientras tanto, aguantaba el tipo, y la Guardia Civil tomaba posiciones por si pasaban a la acción directa lo manifestantes...

Valverde / Mondéjar, Fundi, Norte

Cuatro toros de Valverde (5º, manso, devuelto injustificadamente), con cuajo, sospechosos de pitones -2º y 3º se lidiaron bajo responsabilidad del ganadero-, boyancones. Dos de Isaías y Tulio Vázquez, 1º chico cornalón, sobrero abecerrado, ambos con casta. Los toros anunciados de Murteira fueron rechazados en el reconocimiento. Antonio Mondéjar: pinchazo, otro hondo, rueda de peones y seis descabellos; dos pinchazos, otro saliendo perseguido y media trasera. Fundi: dos pinchazos y estocada corta baja; dos pinchazos, rueda de peones y bajonazo escandaloso.Julio Norte: tres pinchazos, bajonazo escandaloso, descabello -aviso- y descabello; bajonazo escandaloso perdiendo la muleta. (Silencio en todos los toros). El presidente, Marcelino Moronta, salió de la plaza protegido por la Guardia Civil. Presentaron parte facultativo Víctor Mendes y Niño de la Taurina, y les sustituyeron Mondéjar y Norte. Plaza de Colmenar, 2 de septiembre. 7ª corrida de feria. Dos tercios de entrada.

El torillo tipo liebre, que tenía casta, recibió de las cuadrillas sórdida lidia, y de Fundi, peor muerte. El sexto, una mole boyancona, corrió la misma suerte de sus hermanos: pasado por las armas en el primer tercio, quedó moribundo y tirando derrotes para defender el último aliento que le quedara. He aquí otra tropelía habitual: la salvajada en que han convertido la suerte de varas los siniestros individuos del castoreño Ese toro y todos los picaron acorralándonos contra las tablas para cegarles cualquier posibilidad de escapatoria y apalancarles la puya en los lomos traseros. Cuando el sanguinario sujeto levantaba la vara, al toro ya se le iba la vida por los enormes boquetes que le había abierto en sus carnes. El torito Tulio que abrió plaza, cuya casta codiciosa produjo emocionantes lances de salida, murió prácticamente ba o el caballo y agonizaba calamocheando durante los tenaces intentos de Antonio Mondéjar para sacarle faena.

Es otro fraude, consentido por la autoridad, esta, intolerable brutalidad de los picadores, convertida ya en uso y costumbre. Y también contribuyó a encrespar los ánimos de un público que ya no soporta corruptelas, corrupciones y corruptos. La corrida transcurrió sin lucimiento, aunque Fundi, Norte y Mondéjar hacían lo que podían. Salieron toros sospechosos de manipulación, otros sucumbían bajo la acorazada de picar... Y el ambiente se avinagraba por momentos, hasta que reventó con el indecoroso sobrero aquel.

Al acabar la corrida la gente se echó a la calle para manifestarse contra el presidente y contra todos los culpables de los atropellos que ha sufrido durante la feria. Llegó fuerza a caballo, que no intervino pero fue abucheada. La Guardia Civil montó una hábil estrategia para fingir que el presidente saldría por la puerta principal, y lo sacó por la trasera, cuando el gentío se cansó de esperar. Mejor así. Mejor que no hubiera graves incidentes. Pero cualquier día puede estallar la ira de los aficionados,, hartos ya de que los estafen, de que el Ministerio del Interior no intervenga para atajar los desmanes de los ganaderos, los empresarios y los toreros. De que estos puedan presentar parte facultativo y caerse de los carteles, sin incurrir en responsabilidad.

Lo hicieron así Víctor Mendes y Niño de la Taurina, que estaban anunciados. Caso curioso. Muchos aficionados habían declinado asistirá la corrida pues les repelía el cartel. Y al enterarse de que Víctor Mendes y Niño de la Taurina no toreaban,- se precipitaron a sacar la entrada.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_