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El exilio de Miami, escéptico ante las medidas de Clinton

"El purgatorio suena mejor que el infierno. Ningún cubano va a dejar de hacerse a la mar por la nueva política de la Administración norteamericana". La opinión de José Antonio Lanuza, cubano de origen aragonés, refleja el escepticismo general sobre la eficacia de la medida adoptada por el gobierno de Washington.Lanuza, presidente del Centro de la Democracia Cubana, la oposición socialdemócrata en el conjunto del exilio cubanoamericano, cree que el objetivo de detener la salida masiva y desordenada de refugiados es imposible de lograr, después de que Castro haya autorizado la salida en pequeñas embarcaciones. "El Gobierno cubano quiere tener armas para presionar a Estados Unidos y negociar con Washington, y así evitar la negociación con la oposición interna y externa de Cuba". Y a los cubanos que viven allí y sufren los problemas cotidianos y la falta de horizonte, añade Lanuza, "la perspectiva de ser detenidos y pasar a disfrutar, donde sea, de casa, comida y ropa limpia les parece perfecta".

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La comunidad cubana de Miami tiene sentimientos encontrados sobre la nueva política, pero todos coinciden en que va a ser muy poco útil. Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana del Estado de Florida, expresó su frustración y disgusto diciendo que se sentía "defraudada y abandonada por Clinton". "Esto va a debilitar la sensación que teníamos de que estábamos a punto de librarnos de Castro", dice la congresista, que cree que Estados Unidos debe tener un papel más activo a la hora de ayudar a los cubanos disidentes en el interior de la isla.

Garantía de auxilio,

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José Antonio Lanuza mantiene un punto de vista más positivo sobre, la nueva política y cree que puede resultar hasta estimulante para los que piensan hacerse a la mar. La amenaza de detención, entiende Lanuza, sirve también como garantía de auxilio en las peligrosas aguas del estrecho de Florida. "Y del mal, el menos: siempre será preferible pasar seis meses comiendo en un campo de refugiados que seis meses en cualquier lugar de Cuba".

Entre los representantes del exilio cubano que ayer inundaron las ondas de los medios de comunicación de Estados Unidos, Miriam Alonso, que fuera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Miami, declaró a la CNN que la política de emigración sólo debería cambiar en caso de que haya cambios en Cuba: 'Tamos a decir a nuestros familiares que no vengan, pero a los que se arriesgan y se juegan la vida hay que dejarles entrar".

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