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Un supuesto escándalo sexual pone en apuros a Clinton

Antonio Caño

Paula Jones, una antigua empleada del Gobierno del Estado de Arkansas, ha destapado el que puede ser el más delicado caso de acoso sexual presentado contra Bill Clinton. Preocupado por el alcance del asunto, el presidente norteamericano ha contratado a uno de los más prestigiosos abogados de Washington para que lo defienda de las acusaciones presentadas.

Paula Jones, que dice haber sido víctima de las insinuaciones sexuales de Clinton en 1991, ha anunciado que presentará hoy mismo una querella contra el presidente por el delito de haberle causado "serios desequilibrios emocionales". Jones no puede acusar a Clinton de acoso sexual porque, de acuerdo a las leyes norteamericanas, ese delito tiene que ser denunciado en un plazo máximo de 180 días. A cambio, demandará al presidente por violaciones de los derechos civiles.

En una entrevista publicada por The Washington Post, Robert Bennett, el abogado elegido por Clinton para defenderlo en este asunto, refleja el grado de preocupación existente en la Casa Blanca. Bennett niega todos los cargos contra su cliente.

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