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España ha olvidado el mercado europeo, dicen expertos en Liber 94

La edición española ha despreciado hasta la fecha el mercado europeo del libro en castellano según se deduce de un coloquio sobre la edición española en Europa celebrado ayer en Liber 94. La distribución es lenta hasta el extremo de que termina por espantar a los clientes. Y aunque la edición española es alta por número de títulos, otros baremos permiten menos optimismo: volumen de la traducción de literatura a otros idiomas, o presencia en la creación internacional de trabajos científicos, dominada en más de un 50% por el inglés.Libreros europeos especializados en España hicieron una descripción de su trabajo como si fuera de pioneros. Una distribuidora francesa apuntó que la bajada de las exportaciones de libros españoles a Europa -un 22%-, puede deberse a falta de engrase e ineficacia en la distribución. Sin embargo, dijo José María Redondo, director de Celesa, España es el único país, con Francia, con una empresa semi oficial destinada a apoyar a los libros españoles en el extranjero. En Europa existen 400 puntos de venta del libro español.

El 75% de las traducciones europeas se realizan en España, Francia, Italia y Alemania. Seis de cada diez provienen, del inglés. En el norte de Europa, el segundo idioma más importante es el alemán, y en el sur, el francés. Por ejemplo: en 1991 fueron traducidos 1.364 títulos del español por 8.649 que lo fueron al español. Y en ese mismo año, por 10.000 títulos que fueron traducidos al inglés, 5.160 lo fueron del inglés. Según informó Antonio Zapatero, experto de la Comisión Europea, sólo 400 autores europeos han sido traducidos a tres o más idiomas europeos, y sólo 26 tienen su obra traducida a todos los idiomas de la comunidad. Eduardo Mendoza es el español José Saramago es el portugués y Humberto Eco el italiano.

Trabas excesivas

Antonio Soriano, hijo del fundador de una librería española muy conocida en el Barrio Latino de París, recordó que ya en los año cincuenta Antonio Gallego apuntaba que España es más conocida por su literatura que por sus naranjas o sus vinos, y señalaba que la mejor política cultural española sería la de difundir la literatura española en el extranjero. Veterano del sector -su librería fue fundada en 1948-, Soriano señaló que nunca habían padecido "tantas trabas como ahora"; él dedica cuatro horas al día para atender un tipo de información cultural sobre España que ningún otro organismo proporciona.Angela Barón, propietaria una librería española en Bonn, recordó el potencial mercado existente en países donde el castellano ha pasado a ser el segundo o tercer idioma, y dijo que a menudo los libros sólo llegan partir de la segunda edición, al cabo de unos meses. José Luis Pérez Herrerías, de la embajada española en París, recordó que en este país existen cuatro programas literarios de televisión.

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