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Entrevista:

"Escribo sobre la importancia del capricho"

Gizona bere bakardadean es una novela de 400 páginas, en la que el autor se ha esforzado por renovar el lenguaje literario en euskera, y también en lo formal se aparta de sus anteriores trabajos. Su versión en castellano, con el título de El hombre solo, saldrá al mercado el próximo mes de marzo.

Pregunta. ¿Qué le ha llevado a abandonar el universo imaginario de sus anteriores obras para adentrarse en una historia localizada en el espacio y el tiempo, y cercana a muchas experiencias próximas?

Respuesta. He llegado al convencimiento de que lo más importante para escribir es tener ganas, voluntad de hacerlo y pensar que el miedo, las dudas, el pánico, incluso, forma parte de lo grande del oficio de escritor. El mundo de Obaba [un lugar imaginario donde transcurría Obabakoak] ya no me deparaba ninguna sorpresa. Llevaba escribiendo cuentos más de 15 años y deseaba entrar en terrenos que no conocía tan bien como es la novela, el presente, y la realidad que mucha gente puede juzgar. Había una presión social a mi alrededor que me pedía escribir sobre las cosas que estamos viviendo, la realidad más perceptible y moderna.

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P. ¿Y ha aceptado estas sugerencias?

R. En buena medida sí. El mundo que nos rodea era como una roca en mi camino y no sabía como moverla para seguir adelante. Podía haber escrito una alegoría, pero quería algo más definido, y hablar con la verdad de los detalles. Pero no soy un ensayista y he utilizado una historia muy concreta con cinco personajes para que los viejos ideales se fueran filtrando por toda la historia.

P. ¿La renovación de temas ha llegado también a los aspectos formales de la lengua?

R. Si, soy un atrevido, he tensado un poco más la cuerda. Por ejemplo, he utilizado prefijos nada habituales. Este libro hubiera sido imposible hace 15 años, cuando utilizabamos lo que yo llamo el euskera Rolls Royce, noble y distinguido, y he preferido sustituirlo por el euskera jeep, que pueda llegar a todos los rincones de la llamada realidad. Un lenguaje en el que pongo a trabajar palabras que hasta ahora no habían entrado en el mundo de la literatura en euskera porque no había necesidad.

P. ¿Por qué ha elegido para protagonizar esta novela personajes de su generación?.

R. Un día encontré una nota, una descripción acerca de la realidad que había escrito en un cuaderno hace unos veinte años. Me di cuenta de que era totalmente ilusorio, era la descripcción de un espejismo. Lo que me llamó la atención de esa nota es la distancia que había entre lo que yo creía que era la realidad y lo que la perspectiva de los años me ha demostrado que es. Acabé haciendo un libro sobre la importancia del capricho. Sobre la importancia de lo inmaterial, de lo que no sirve para nada, de la utopía.

P. Pero, ¿la realidad social que vive el País Vasco está presente en la obra?

R. Claro que si. La ecuación es que la ilusión es algo antiguo, universal. Pero cada generación tiene su forma particular de ilusión, de equivocarse y de vivir con entusiamo. En el País Vasco esa forma de vivir, en la gente que ahora tiene 40 años, se encarnaba en siglas, luchas que han sido marcadas por la violencia, y se encuentran difuminadas en Gizona bere bakardadean. Sin embargo, el libro no es una alegoría, yo no parto de una única tesis, a partir de la que construyo una novela. No quería tener todas las cartas en la mano. Pienso que los lectores encontrarán muchos hilos perdidos...

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