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El filósofo Emilil Lledó y el jurista García Enterría, nuevos académicos de la Española

Elegidos por mayoría absoluta, ocupan los sillones de Calvo Sotelo y García Valdecasas

El filósofo y helenista Emilio Lledó y el jurista Eduardo García de Enterría fueron elegidos ayer para ocupar los sillones l y U, respectivamente, de la Real Academia Española. Ambos fueron elegidos en la segunda votación por mayoría absoluta en una sesión que apenas duró media hora. "Las palabras esenciales son las que crean la realidad", dijo a este periódico Emilio Lledó. Eduardo García de Enterría, que conoció la noticia en Oviedo, donde pronunciaba. una conferencia, se mostró encantado de poder colaborar en la defensa de la lengua.

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"El lenguaje es el tesoro de los seres humanos", dijo ayer a este periódico Emilio Lledó, que ocupará en la Academia el sillón l, vacante desde la muerte del dramaturgo Joaquín Calvo Sotelo. "Sé que hay problemas más sangrantes, pero el lenguaje es la expresión de lo que hemos sido, pues somos lenguaje: las imágenes no son nada si antes no somos alguien, y eso sólo es posible mediante el lenguaje. Por tanto, me siento satisfecho de entrar en una institución que tiene por misión cuidarlo y pulirlo".Sevillano de 65 años, Lledó es doctor en Filosofia por la Universidad de Madrid. Estudió en Heidelberg con Hans Georg Gadamer, uno de los máximos representantes de la hermenéutica contemporánea. En 1964 obtuvo la cátedra de Filosofía de la Laguna, y en 1967, la de Historia de la Filosofía de la Universidad de Barcelona. En 1978 se trasladó a Madrid como catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En 1987 perdió en un concurso oposición a una cátedra en la Universidad Complutense de Madrid, hecho que fue muy criticado. Lledó ha realizado estudios sobre Platón, Aristóteles, Descartes, Kant y la moderna filosofía del lenguaje. También ha publicado diversos libros sobre la filosofía del lenguaje en la interpretación filosófica.

Emilio Lledó, ya ha "olvidado", dice, los agravios (pérdida de oposiciones) que le condujeron a enseñar durante 15 años en Alemania, antes de reintegrarse, el año pasado, a su cátedra en la UNED. Sin embargo, dijo ayer, "me gustaría jubilarme dando clases, frente a frente con los alumnos. Entusiasmar a la gente con ese humanismo que está tan deteriorado".

Crítico con la Universidad española después de su experiencia en la alemana -"tan radicalmente distinta de la nuestra", dice-, Lledó acepta que "nos encontramos en un momento muy bajo", tanto en la economía como en la cultura. "Yo me adapto, porque es mi país".

Ante ciertos reproches de excesivo tradicionalismo formulados históricamente a la Academia, Lledó señaló que Ias instituciones son lo que hagan de ellas los hombres, y siempre se pueden ver desde el punto de vista creador o desde el punto de vista del anquilosamiento. Creo que hay que superar estas viejas ideas. Renovar ciertas tradiciones me parece espléndido".

El académico Francisco Rodríguez Adrados, que ha dedicado a Lledó su última obra, Palabras e ideas, destacó el talante abierto y el prestigio internacional del filósofo. "Es un hombre que tiene mucho prestigio en España y en el extranjero; en Alemania he oído hablar de él a mucha gente. Y es una persona excelente, un hombre de ideas muy abiertas y que maneja un conocimiento grande, que va desde la filosofía griega a la alemana".

Conmovido

Eduardo García de Enterría, de 70 años, ocupará el sillón U, Vacante desde el fallecimiento de Alfonso García Valdecasas. Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, fue letrado del Consejo de Estado y juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En 1984 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y es doctor honoris causa por las universidades de La Sorbona y Bolonia. En 1985 estuvo implicado en el caso Palazón por un presunto delito de evasión de capitales.

García de Enterría tuvo conocimiento de su elección como académico por una llamada telefónica a su esposa realizada, avanzada la tarde, desde un hotel de Oviedo, informa Javier Cuartas. Minutos después, pronunciaba una conferencia en la Audiencia Provincial de Oviedo sobre la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas. Terminada la disertación, el nuevo académico no ocultaba su alegría: "Ahora estoy realmente conmovido por el hecho. Me parece que es una responsabilidad enorme la que echa la Academia sobre mis hombros, pero me entusiasma poder' contribuir a esa tarea apasionante que es defender el tesoro de la lengua. Es evidente que a mí me han elegido como jurista y que tendré que prestar especial atención al léxico técnico-jurídico del diccionario. Sólo la posibilidad de participar en las sesiones con personas a las que admiro y a las que leo habitualmente es muy estimulante". Para García de Enterría, la vigencia y la vitalidad del español no cabe defenderlos "con normas jurídicas, sino cultivando la lengua de la mejor manera, siendo fieles a nuestros clásicos, pero ello sin renunciar a la capacidad inventiva para acoger los nuevos fenómenos".

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