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Crítica:TEATRO: FESTIVAL DE OTOÑO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Marivaux, burgués y revolucionario

Marivaudage es una palabra francesa que indica una obra, y un lenguaje, y unas figuras, con sutileza psicológica, con -según ellos, los franceses- incluso una cierta metafísica. Un juego inteligente, un enredo de poco daño. El epónimo viene de Marivaux: el autor de esta Doble inconstancia que vemos ahora, y que muestra bien estas virtudes. Arlequinada es una palabra española mal traída: indica la acción de un personaje bufo, ridículo, la comedia que la recoge. El Arlequín es algo más, y más profundo y sólido. Esta obra de Marivaux es la arlequinada de un Arlequín burlón, sabio, a veces triste, continuamente digno, siempre enamorado.No he leído la obra antes de verla: no sé qué parte tienen Narros, director, y Pérez Sierra, autor de la versión, en su actitud revolucionaria. Una parte no es nueva: está contenida en las viejas ideas de la santa simplicidad, o de la mediocridad áurea; en nuestra literatura, en el "menosprecio de corte y alabanza de aldea".

La doble inconstancia

De Marivaux. Versión de Rafael Pérez Sierra' Intérpretes: Helio Pedregal, Ana Gracia, Carmen Elías, Ginés G. Millán, Natalla Meriéndez, Antonio Valero, Enrique Menéndez, Arancha Aranguren, Petra de Tena, Javier Amás, Ion Garayalde, íñigo Ibarra, Francisco Urefia; viola da gamba, Alba Fresno. Coreografia: Carmen Pericet. Diseño de vestuario: Miguel Narros. Iluminación: Juan Gómez Comejo. Escenografia: Andrea d'Odorico. Dirección escénica: Miguel Narros. Festival de Otoño. Teatro de la Comedia.

En esta representación destaca la crítica a las clases altas, a sus convenciones, a su opresión. Parece prerrevolucionaria, y lo es hasta un punto: en 1723, cuando se estrenó, había ya ciertos rumores y ciertos movimientos precursores.

Mezcla de amores

En todo caso, ésta es una comedia de amores mezclados: los pastores Silvia y Arlequín se aman, y los dos llegan a amar a otras personas y no saben cómo hacer por mantener su fidelidad al primer amor. Termina bien, claro. La gradación es lenta: en otros tiempos no se concebía que, teatralmente, un personaje pudiera mudar de esa manera sin los pasos psicológicos, humanos, correspondientes. Y las dudas, y las vacilaciones. Ahora no: no es que haya cambiado el arte del drama, sino las costumbres. Se muda de pronto, y se hace antes.En todo eso, y la crítica de la corte, y la reclamación de sus derechos por parte de los dos súbditos secuestrados por su príncipe, está, naturalmente, el lenguaje de Marivaux. Pienso que en ningún caso puede traducirse suficientemente, por su naturaleza, y pienso también que Pérez Sierra ha hecho una aproximación bastante buena.

Narros, con los trajes disefiados por él mismo y con los decorados de Andrea d'Odorico, va más directamente al siglo XVIII, y a una manera actual de mirar ese siglo: muy empelucado, muy bailado, muy amanerado.

Creo que, con todas estas ventaias. lo más importante del trabajo de Narros está en el reparto y en la dirección de actores. Hay tres personajes que brillan especialmente: Carmen Elías, muy en el marivaudage, muy medida y sentimental, muy sincera; Ana Gracia, cuyo ímpetu de pastora está también contenido por la elegancia de la acción, y es bonita y sencilla y habla muy bien; y, naturalmente, Arlequín, personaje central, por Antonio Valero: el problema puede estar en compararle con el italiano, cuando es mucho más moderno en la creación original, y con una rara aparición del gracioso al estilo español. Antonio Valero representa un bonito papel vestido de Arlequín, y con algunos volatines, de muy buena forma, que los espectadores agradecen y que la acción requiere en esta versión. Larga obra, por cierto, de dos horas y media: las butacas históricas de la Comedia terminan vulnerando partes sagradas de los espectadores. Estaba más que mediado el patio en la función del domingo, y todos acogieron con entusiasmo el trabajo hecho y la obra original.

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