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Avance de Los Verdes y la ultraderecha ante los partidos tradicionales en las elecciones de Hamburgo

Las elecciones para el Senado de la ciudad-Estado de Hamburgo, en el norte de Alemania, celebradas ayer, han supuesto un descalabro para los partidos tradicionales. Tanto Los Verdes como la ultraderecha han recogido buena parte del descontento popular. Los socialdemócratas del SPD perdieron la mayoría absoluta al pasar del 48% de votos en 1991 al 40,4% en estos comicios. La Unión Cristianodemócrata (CDU), partido del canciller Hehnut Kohl, alcanzó el peor resultado de su historia en Hamburgo, con un 25,1% de votos frente al 35,1% de hace dos años.

En una jornada soleada, las urnas se abrieron a las ocho de la mañana y cerraron a las seis de la tarde. Alrededor de 1.250.000 electores tenían derecho a participar en las únicas elecciones locales celebradas a lo largo de este año en Alemania.La frustración de los electores pronto se hizo patente. Las elecciones para el Senado de la ciudad de Hamburgo, las últimas en lo que queda de año en Alemania, eran un test para conocer el estado de la sensibilidad popular ante los políticos alemanes. Los partidos tradicionales soportaron ayer en carne propia el rechazo popular y recogieron su peor resultado desde la II Guerra Mundial.

Además del descenso de los socialdemócratas y de los cristiano-demócratas de Kohl, los Liberales también bajaron, hasta el punto de no superar el listón del 5%, necesario para acceder al Senado de la ciudad. Frente a ellos, Los Verdes obtuvieron un espectacular 13,5% de los votos, contra el 7,2% que obtuvieron el 1991. La ultraderecha se alzó con un contundente 8% de sufragios gracias a sus dos formaciones: los republicanos y la Unión Popular Alemana (DVU). Sin embargo, el hecho de acudir separados a las urnas les impedirá acceder al Senado hamburgués.

Los resultados oficiales provisionales mostraban anoche que los dos partidos que han venido gobernando en las últimas décadas, los socialdemócratas (SPD), los cristianodemócratas (CDU) y los liberales (FDP), han perdido la confianza de los electores. Un signo alarmante para ellos ante la perspectiva de las elecciones generales el próximo año.

Hamburgo ha sido gobernada por los socialdemócratas del SPD desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con excepción de un solo mandato demócratacristiano. En los comicios anulados celebrados en 1991 el SPD logró obtener un arrollador 48% de los votos, frente a un 35% para la CDU.

"Estas elecciones han sido las peores desde las Segunda Guerra Mundial para el SPD y el CDU", afirmó ayer ante las cámaras de la televisión el secretario general de la CDU, Peter Hintze. "Esta es una advertencia de que algo se puede romper si no atendemos a las señales que los electores nos han enviado".

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Lo que parece estar rompiéndose es el sistema de los cuatro partidos que ha prevalecido en Alemania desde principios de los ochenta, cuando Los Verdes se abrieron paso ante el triángulo formado por el SPD, el CDU y el Partido Liberal, FDP.

Los Republicanos (ultraderechistas), que basaron su campaña en los ataques a la subida de los alquileres, los problemas del crimen y la inmigración, alcanzaron sólo el 4,8% y no llegaron al 5% necesario para acceder a la nueva legislatura.

Sorprendió también ayer el respaldo obtenido por un grupo moderado de protesta con sólo dos meses de antigüedad: el STATT Parte¡ (que fonéticamente suena como el equivalente alemán del Partido Urbano, pero que por su ortografía quiere decir En Vez De Partido), que logró acceder al Senado de Hamburgo con un 5,6%.

El En Vez De Partido está formado por un grupo de disidentes de la CDU que precipitó el voto a su favor tras el resultado de un fallo del Tribunal Constitucional de Hamburgo, que decidió anular la votación celebrada en 1991 al considerar que la Unión Cristianodemócrata (CDU) había elegido a sus candidatos mediante procedimientos poco democráticos. Markus Wegner, uno de los disidentes de la CDU, el partido del canciller federal, fue quien interpuso la demanda.

Nuevas coaliciones

Las conjeturas se han disparado para establecer el nuevo Gobierno. Los socialdemócratas, todavía como formación principal, podrían tratar de llegar a un acuerdo con Los Verdes, lo que parece ser la solución que defienden sus bases, pero posiblemente no sus dirigentes. La otra posibilidad es una gran coalición con la CDU, aunque esta solución podría incrementar todavía más la irritación de sus bases.

Un Gobierno formado por socialdemócratas y cristianodemócratas a orillas del Elba, al modo de los existentes ya en Berlín o en Baden-Württemberg, sería una salida susceptible de agravar las fuertes tensiones en el Gobierno de Bonn, en el que los liberales se sienten perseguidos ya por el fantasma de la gran coalición como fruto de las elecciones generales previstas para octubre del año próximo.

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