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Jasbulátov abandona la Conferencia Constitucional rusa entre abucheos y silbidos de los asistentes

Pilar Bonet

La primera jornada de la Conferencia Constitucional rusa, convocada por el presidente Borís Yeltsin para elaborar la carta magna del Estado, concluyó ayer en bronca. Ruslán Jasbulátov, el jefe del Sóviet Supremo (Parlamento), acompañado de varias decenas de seguidores, abandonó furibundo el selecto foro, integrado por unas 700 personas, quienes, con abucheos y silbidos, se negaron a darle la palabra. "Ustedes no quieren escuchar al jefe de su Parlamento... Ustedes no tienen derecho a tomar decisiones importantes, ni siquiera a discutirlas", gritaba Jasbulátov desde la tribuna del Kremlin, que en otros tiempos sirviera para dirigir los plenos del Comité Central del Partido Comunista.

El presidente pidió a quienes silbaban que se abstuvieran de expresar sus "emociones", pero no intercedió a favor de Jasbulátov. En vano trató éste de responder al implacable ataque de Yeltsin al sistema de sóviets (consejos), columna vertebral del poder Legislativo ruso. "Los sóviets y la democracia son incompatibles", había dicho Yeltsin, tras culpar a estos organismos de la lenta democratización en Rusia.Menos de una hora después del comienzo de la Conferencia Constitucional, Jasbulátov y quienes habían abandonado la sala con él (varios diputados, algunos de ellos miembros de la Comisión Constitucional del Parlamento y tres jueces del Tribunal Constitucional) estaban ya en los pasillos del Kremlin, donde preparaban un comunicado y manifestaban su oposición al rumbo adoptado por la Conferencia. "Ahora está claro que avanzamos hacia la dictadura", señaló Jasbulátov. Los partidarios del jefe del Parlamento calculaban en un centenar el número de personas que habían abandonado la sala junto a él.

BorísYeltsin calificó el comportamiento de su rival como un "premeditado intento de provocación". "La marcha de 50 personas sobre un total de 700 participantes no ha hecho fracasar la Conferencia, que, por hoy, ha cumplido, su misión", dijo. El presidente no excluyó que algunos de los participantes en la protesta pudieran, volver.

El conilicto del que fue protagonista Jasbulátov no fue el único de la mañana. Un grupo de fornidos agentes sacaron en vilo de la sala a Yuri Slobodkin, un diputado comunista que intentó, a su vez, apoderarse de la tribuna para defender desde allí su propio proyecto de Constitución. En el forcejeo, los zapatos del diputado volaron por los aires.

El presidente Borís Yeltsin ofreció al Congreso de los Diputados de Rusia (el superparlamento) una posibilidad de hacerse dignamente el harakiri y les pidió aprobar el borrador constitucional, después de que éste haya sido concertado por la Conferencia y rubricado por los representantes de los territorios integrantes del Estado. El presidente, que quiere convocar elecciones "no más tarde de octubre de 1993" advirtió: "Si el poder Legislativo rechaza nuestras propuestas, nos veremos obligados a utilizar otras posibilidades".

Yeltsin dio ayer un paso cualitativo en su asedio al sistema de los sóviets al manifestar que éstos han sido elegidos sobre una ley electoral soviética y, por tanto, son los herederos de quienes tomaron el poder por la fuerza en 1918, cuando los sóviets disolvieron la Asamblea Constituyente. "En el sistema democrático no son legítimos", señaló.

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República democrática

A esta supuesta falta de legitimidad, Yeltsin contrapuso su propio proyecto constitucional. "Con la adopción de la constitución concluye el establecimiento de una verdadera república democrática en Rusia", señaló. "Quiso el destino que este proceso se prolongara muchos decenios", dijo refiriéndose al Gobierno provisional de Alexandr Kerenski, formado el 1 de septiembre de 1917. La revolución bolchevique de 1917 dio al traste con aquel Gobierno e instituyó la república de los sóviets. "Ahora nace una nueva república, el Estado federativo y democrático de los pueblos de Rusia", añadió.

La Conferencia Constitucional reemprende mañana sus labores, que se prolongarán hasta el 16 de junio. El foro está dividido en cinco estamentos, que pretenden representar a distintos intereses sociales. En él participan miembros del Gobierno, diputados, representantes de fracciones parlamentarias y partidos políticos, sindicatos, confesiones religiosas, ciudades y todos los territorios de la Federación Rusa.

El secretario del Tesoro norteamericano, Lloyd Bentsen, pidió ayer a Borís Yeltsin, con quien se entrevistó en Moscú, que luche contra la inflación, informa Reuter. El encuentro se produjo poco antes de comenzar la Conferencia Constitucional. Bentsen aseguró a los periodistas que Yeltsin está totalmente convencido de que la nueva constitución y las reformas saldrán adelante y no habrá ningún paso atrás.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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