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LA ETERNA POLÉMICA DEL SIGLO XX

Artistas de todas las generaciones discrepan sobre las distintas formas de ver la realidad

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía inaugura el próximo martes, tras siete meses de aplazamiento, la antológica dedicada al pintor Antonio López. Ha sido una exposición que, por la polémica que generó la negativa del artista a realizarla si no se incluían los pintores realistas en la colección permanente del centro, ha reavivado un debate tan viejo como el siglo. "El realismo sigue menospreciado", explica López. Otros, como Antoni Tápies o Ferran García Sevilla, consideran que el realismo es un movimiento, cuanto menos, "anacrónico".

Renace en España el debate sobre el realismo

realismo me da un poco de grima". "Realista lo ha sido el arte desde la prehistoria hasta hoy, pero como apareció el arte abstracto buscaron un término para diferenciarlo".Aportar algo nuevo

El crítico de arte Cesáreo Rodríguez Aguilera es tajante: "Para mí hay un realismo bueno y un realismo malo, un realismo antiguo y un realismo moderno. Lo académico es otra cosa, es la escueta copia de lo que ya estaba hecho sin aportar nada nuevo, y académico puede serlo tanto un realista como un abstracto". Para la galerista madrileña Soledad Lorenzo "estamos en un momen o de gran libertad para el artista y lo único que se le pide es que tenga talento y que aporte algo nuevo".

"El problema es la cantidad de subproductos que hay en el mercado", comenta Joan Anton Maragall, director de la barcelonesa Sala Parés. "Lo dificil es comprender que la pintura realista o figurativa no es el cuadrito con un gran tema que se cuelga encima de la cómoda del salón",

Renace en españa el debate sobre el realismo

añade. Maragall coincide con Tápies en considerar que el gran problema, el único, es la falta de una educación estética en gran parte de la población.Este es, precisamente, el trabajo, duro, de Lourdes Cirlot, profesora de historia de arte contemporáneo en la Universidad de Barcelona. "Indudablemente, la gente entra más facilmente en el pop, el hiperrealismo o cualquier otra forma de realismo que en el happening, Beuys o en estas otras actitudes artísticas", dice. A ella, en cambio, le pasó lo contrario. "Al principio tenía una posición radical, de defender sólo la tradición antimimética del siglo XX, pero con el paso del tiempo esta posición cedió, y empecé a pensar en el realismo sin connotaciones negativas".

"La fotografía, el cine y la televisión cubren toda una gran gama que antes tocaba a la pintura", explica Tápies. "Aquello que se hacía antes de un señor que se trasladaba ante la batalla de Tetuán y la pintaba... claro, todo esto es impensable ya. Los artistas ya no nos preocupamos de copiar la realidad sino de sugerir una realidad diferente".

"Creo que el arte tiene que pasar por el sentimiento del artista, trascender la realidad, y en mi opinión la fotografía capta un momento, pero no trasciende nada", dice Isabel Quintanilla.

Vanguardia e ideología

No fue la única causa, pero lo cierto es que el realismo, a partir de las vanguardias, lo tuvo mucho más difícil. Nació la vanguardia y este término sirvió para diferenciar, al menos cronológicamente, el arte considerado contemporáneo del que no lo era. "Hoy en día no se puede hablar de vanguardias, son conceptos que han sido superados", dice el pintor Pedro Moreno Meyerhoff. Sea como sea, la mayoría de museos de arte contemporáneo que hay en el mundo tienen exclusivamente obras vanguardistas o las consideradas herederas de esta tradición. Y de esto se quejan muchos realistas, de no ser considerados artistas contemporáneos o, todavía peor, de que este movimiento arrastre todavía connotaciones ideológicas casi siempre negativas.

Sí, se ha acusado al realismo de ser retrógrado, arcaico e, incluso, de ser afín al régimen franquista", comenta Isabel Quintanilla. "Pero no hay nada de esto. Durante la época franquista, los movimientos que tuvieron que ver con el régimen fueron el informalismo y El Paso, que eran los que iban a las grandes bienales. A nosotros, como ahora, no nos hacían ni caso".

"Entiendo que otras escuelas puedan sentirse marginadas y deseen estar representadas en el santa sanctorum de la cultura oficial, del poder", dice García Sevilla. "Lo que no entiendo es el lío que organizan con tal de conseguirlo". "En este sentido sería absolutamente radical. Al igual que en un congreso de científicos, lan chamán quedaría en un estado precientífico, pues también es verdad que lo que decimos modernidad es una concepción global del mundo y para mí estas escuelas realistas son anacrónicas, sin que esto sirva de menosprecio ni de crítica".

"Yo no sé si se puede considerar de derechas o no, pero, al menos el realismo fotográfico, que se queda en la mera superficie, es de gente de pocos vuelos, es anacrónico", concluye Tápies.

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Antonio López: "El realismo sigue menospreciado"
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