Todo pasa y todo queda
Treinta años después, ¿qué queda de la canción de autor? "Hoy se podrían reunir 50 canciones excelentes. Ése sería el resumen antológico de estos años, que justifica un movimiento sin precedentes. No sé si en el mundo de la literatura o de la pintura se podría decir lo mismo", dice Josep María Espinás, socio fundador de Edicions La Campana, autor de 67 libros y columnista desde hace 17 años en el diario Avui. Según Mikel Laboa, que alterna esporádicas apariciones artísticas con su trabajo como médico psiquiatra, "parece que estamos en el proceso de tratar a los cantautores como parte de la cultura de un país. En Euskal Herria hay un resurgir". Benedicto García Villar es el secretario general de Información y Publicaciones y coordinador del Área Pública del Sindicato Nacional de Comisiones Obreras de Galicia. "Hay grandes lagunas en el trabajo histórico, porque no se estudian los movimientos que tienen que ver con la canción, que tiene connotaciones de país, de clase. Por eso se hace odioso a los que controlan el estudio científico el hacer análisis válidos de la historia".Elisa Serna continúa cantando, o al menos intenta sobrevivir en un mundo hostil a los cantautores que no han alcanzado el éxito. "Desde 1963 ha llovido mucho y mal. En los últimos 10 años no se ha querido escuchar ninguna voz crítica. En otros países se valora más este trabajo, y lo contemplan como parte de un proceso cultural no sujeto a modas, mientras aquí se prima la música anglosajona, se continúa haciendo escaparate. Y los últimos acontecimientos demuestran que quien reniega de su historia está condenado a volver a vivirla".
