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Rocard propone la desaparición del Partido Socialista francés

Michel Rocard propuso anoche la desaparición del Partido Socialista (PS) francés tras las legislativas del mes próximo. En un mitin celebrado cerca de Tours, Rocard dijo: "La palabra socialista asociada a la palabra partido es hoy un elemento de confusión en el plano colectivo". Acto seguido, propuso que el PS se disuelva en "un vasto movimiento que federe a todos los que defienden los valores de la solidaridad.

Rocard sorprendió a la asistencia al declarar: "El mundo ha cambiado mucho desde que fue fundado nuestro partido. Ahora os invito a una ruptura para un renacimiento". El ex primer ministro y candidato del PS a la sucesión de François Mitterrand en la jefatura del Estado aseguró que morirá "siendo socialista", pero añadió: "La definición socialista ya sólo tiene sentido a título individual, pero no vinculada al nombre de un partido".El movimiento en el que Rocard propone que se disuelva el PS incluiría también a "los ecologistas reformistas, los centristas preocupados por las cuestiones sociales, los comunistas reformadores y los defensores de los derechos humanos". En una palabra, la mayoría política en la que basa sus esperanzas de conquistar el Elíseo.

El líder verde Brice Lalonde reaccionó así a esta propuesta: "Me parece formidable que un socialista de la talla de Rocard acepte que el socialismo ha muerto, pero lo que debería hacer es afiliarse a Generación Ecología". Valery Giscard d'Estaing aseguró que los centristas que él lidera seguirán siendo fieles a su alianza con los gaullistas.

Mientras tanto, las encuestas, que tanto preocupan a los socialistas franceses, ya que les dan una expectativa de voto similar a la de los ecologistas, coinciden en dos preocupaciones: el paro y el temor al deterioro del sistema de protección social. Serán las cuestiones fundamentales de la campaña electoral que acaba de comenzar.

La derecha, los socialistas y los ecologistas compiten por demostrar que están más preocupados que sus adversarios por las cuestiones sociales. Pero, como admite Edouard Balladur, candidato gaullista a primer ministro, "nadie tiene soluciones milagrosas".

Doce años después de la llegada de François Mitterrand al Elíseo, Francia cuenta con un millón más de desempleados. Ahora son tres millones, lo que representa un 10% de la población activa. Una cifra baja comparada con España, pero enorme si se piensa que Francia prefiere mirarse en el espejode Alemania y Japón.

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Nuevo pacto

Los socialistas, reconoce su primer secretario, Laurent Fabius, han cosechado "un fracaso" en la lucha contra el paro, uno de los terrenos, junto con la moralización de la vida pública, en los que los franceses esperaban más de ellos. No obstante, Fabius asegura que la situación puede mejorar si el electorado acepta el "nuevo pacto de solidaridad" que propone su partido. Un pacto que Rocard parece querer llevar más allá.

El reparto del trabajo es el eje del pacto que propone Fabius. A fin de generar empleo, los trabajadores con salarios más elevados aceptarían reducir su horario y sus ingresos. Pierre Bérégovoy, el actual primer ministro socialista, propone también métodos originales para crear empleo, como, por ejemplo, abandonar el autoservicio en las gasolineras.

El programa social de los ecologistas, la fuerza en ascenso en el panorama político francés, no anda muy lejos de estas propuestas. Tras constatar que, como demostró la experiencia de la segunda mitad de los años ochenta, el mero crecimiento económico no genera suficiente empleo, los líderes de la verde son también ardientes defensores del reparto del trabajo.

Los dirigentes de la derecha han dejado en el perchero sus propuestas ultraliberales de los ochenta e intentan presentarse como los más preocupados por asuntos como el paro o los déficit de los sistemas de seguro de desempleo y de pensiones. Jacques Chirac ha llegado a declarar que los empresarios despiden "con demasiada ligereza".

Hay curiosas semejanzas. Jacques Chirac y los socialistas están de acuerdo en que las familias puedan desgravar los costes de los denominados "empleos de proximidad", es decir, la, asistencia a domicilio de niños, enfermos o ancianos. "Haremos de la protección social una de las prioridades de nuestro Gobierno", es lo que ahora promete la derecha.

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