Patrimonio en alerta
El Consejo de Europa desarrolla actualmente un programa paneuropeo aprobado por los ministros de Cultura en la reunión de Malta de hace un año. Sus prioridades, informa José María Ballester, son consolidar lo ya conseguido en la Europa del Oeste y actuar con urgencia sobre el patrimonio de los países del Este.Se está desarrollando una cooperación técnica entre ambas áreas que incluye desde monumentos que podrían considerarse en alerta máxima y que pronto recibirán la visita de los expertos del Consejo de Europa, como el Acueducto de Segovia o el Coliseo de Roma, hasta conjuntos monumentales como los de Cracovia (Polonia), Banska Stiavnica (Eslovaquia), TeIç (Checoslovaquia) o Kronstadt (Rusia).
Ciudades como Cádiz y Tarragona también han solicitado la asistencia técnica del Consejo de Europa, que ha impulsado una red de formación de artesanos vinculados con la restauración del patrimonio. El equipo de expertos que estudiará el caso del Acueducto de Segovia buscará soluciones a un grave deterioro, consecuencia de que la ciudad "ha sido planificada de forma poco acorde con su patrimonio", dice Ballester, "lo que se manifiesta en el hecho de que los coches, hasta hace poco, pasaban por debajo".
Ballester indica que en el aspecto en el que más han variado las políticas de patrimonio europeas es en el de la financiación, que deja de estar basada exclusivamente en recursos públicos. Incluso se observan países en los que los recursos públicos no tienen más función que atraer a los privados.
Para el próximo otoño se prepara una reunión en Praga en la que se debatirán los problemas de patrimonio en Europa central y oriental. A los 26 Estados miembros del Consejo de Europa se suman 11 más que han firmado el convenio cultural europeo. El área de patrimonio del Consejo de Europa se financia con dinero del Fondo Cultural Europeo y las contribuciones de cada Estado.
