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Vargas Llosa confiesa su simpatía por el 'culebrón'

El escritor peruano Mario Vargas Llosa (56 años) dijo ayer que sentía ("simpatía y solidariad por el culebrón". "Éstos son una extraordinaria contribución del mundo latinoamericano a la sensiblería universal", añadió. El escritor participó ayer en El Escorial en el curso Mario Vargas Llosa: el novelista y sus diablos.

El autor de Pantaleón y las visita doras (1973), que reconoció que nunca había visto un culebrón, comparó dichas series televisivas con "el folletín del siglo XIX", que es, añadió, "el equivalente directo, el hermano mayor del culebrón " . Para Vargas Llosa, el folletín es un género que era también "popular" y que estaba escrito por los mejores autores de su tiempo, entre ellos "Dickens y Victor Hugo", destacó.Además, añadió, era fundamental para la supervivencia y la vitalidad de la literatura "recuperar esa conexión con el gran público" y aclaró que no se trata de abaratar o de vulgarizar la creación, sino de utilizar ciertos mecanismos que abran la vía de de "ese gran público".

"Es muy peligroso que la literatura se margine de la experiencia común, de la gran audiencia, y se confine en una pequeña élite. Cuando baja a la catacumba pierde vitalidad, para convertirse muchas veces en un puro juego intelectual muy exquisito y muy brillante, pero que se descompone y desaparece rápidamente", añadió. Vargas Llosa lamentó que este apetito que hay para la imaginación en el gran público "sólo sea satisfecho por productos vulgares, que se realizan de una manera serial y utópica, sin la participación del creador".

. El autor peruano, que se encontraba ayer en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) para participar en un curso que ha organizado la Universidad Complutense sobre su obra, añadió que la literatura latinoamericana ha dejado de ser la novedad de los años sesenta y setenta. Reconoció que la crisis que vive América Latina ha mermado considerablemente la producción editorial, pero aclaró que "hay una literatura que está siempre viva".

Un escritor obsesivo

Vargas Llosa, que se definió a sí mismo como "un escritor obsesivo", dijo que sus novelas reflejan los "demonios" que vivió en su infancia, en el internado y en la dictadura de su país, e hizo referencia a dos de sus novelas: La guerra del fin del mundo (1981) e Historia de Mayta (1984), que describen un Perú "apocalíptico"comparable al que en estos momentos vive el país andino.

Para el escritor, la literatura, que nace de "la más estricta de las irresponsabilidades", es "una expresión de rebeldía" en la que se refleja la "insatisfacción" y "el rechazo del mundo", y es más rica "en cuanto se expresan más los ángeles y los demonios del, mundo", explicó.

Por otra parte, el escritor chileno Jorge Edwards, que intervino ayer en el seminario, puso como ejemplo la novela Conversaciones en la catedral para reflejar el papel que juega el tiempo en la literatura histórica e hizo alusión a dos clases de tiempo: el "tiempo detenido", que representa el orden, y el "tiempo acelerado", que representa la revolución.

El director del curso, Fernando Iwasaki, aclaró que el título del curso, Mario Vargas Llosa: el novelista y sus diablos, está fuera de toda "connotación esotérica" y "no tiene nada que ver con las misas negras", sino con "el conjuro de los demonios de la realidad actual peruana", que Vargas Llosa reflejó en Historia de un deicidio.

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