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Argelia espera el relevo de Budiaf y se pregunta quién le asesinó

FERRAN SALESArgelia espera impaciente el nombramiento del sustituto de Mohamed Budiaf, asesinado el lunes a tiros mientras pronunciaba un discurso en la ciudad de Anabas, al este de la capital. Al mismo tiempo, se extiende la versión de que el asesinato del cuarto presidente de la república argelina fue planeado por influyentes sectores políticos y económicos con objeto de paralizar los proyectos moralizadores de Budiaf`, que pretendía poner Fin a la corrupción y juzgar a sus principales responsables.

Según tal hipótesis, el integrista Frente Islámico de Salvación (FIS), inicialmente señalado como responsable único del atentado, sólo sería uno de los elementos de la conjura, aunque no el más importante.

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Al mismo tiempo, los tres organismos institucionales más importantes -el Gobierno, el Alto Consejo de Seguridad y el Alto Comité de Estado- se encuentran reunidos de forma permanente, en un intento de buscar sucesor y gestionar la transición que queda abierta con el asesinato. Es una operación política y jurídica muy complicada y, hasta ahora, ultrasecreta.

El Alto Comité de Estado estaba constituido por el presidente fallecido; el ministro de Defensa, Jaled Nezar; el secretario general de la Asociación de Excombatientes, Alí Kafi; el ex ministro de Derechos Humanos, Alí Harún, y el ex rector de la mezquita de París y ex ministro de Asuntos Religiosos, Teyini Hadam.

A este organismo le corresponde designar un sucesor de entre los cuatro supervivientes del Alto Comité, según establece el decreto de formación del directorio, constituido en enero tras la dimisión del presidente Chadli Benyedid. Nezar es, al parecer, el candidato mejor situado. Pasa a la página 3 Más información en las páginas 2 a 5

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Cobra peso en Argel la teoría de la conjura contra Budiaf por su política anticorrupción

Viene de la primera páginaA pesar de que el. Alto Comité de Estado es el único legalmente capacitado para cooptar al nuevo presidente de la república, en medios políticos se considera que el órgano verdaderamente decisorio del futuro del país es el Alto Consejo de Seguridad. Se trata de una plataforma constitucional, de carácter consultivo, puesta a disposición del presidente de la república y constituida por siete miembros, y en la que coinciden, además del jefe de Gobierno, los ministros de Economía, Justicia y Exteriores, pero, sobre todo, en la que se hallan tres altos militares: el ministro de Defensa, Jaled Nezar; el de Interior, Larbi Beljeir, y el jefe de Estado Mayor, Abdelmalek Guenalzia.

Se especula en medios políticos que el Alto Consejo de Seguridad habría sugerido la ampliación del directorio o Alto Comité de Estado, añadiendo a la junta no sólo el sustituto de Budiaf, sino, además, ampliándola en varias personas, buscando así un nuevo equilibrio que permitiera contrarrestar la influencia de los sectores civiles, hasta ahora mayoritarios en número. Este rumor provocó que ayer al mediodía se anunciara la incorporación en el Alto Comité de Estado del general Larbi Beljeir, ministro del Interior y gestor del estado de sitio. Pero la noticia fue desmentida oficialmente.

Mientras prosiguen las reuniones a puerta cerrada, crece la tesis de que Budiaf fue víctima de un compló urdido y planificado por sectores influyentes de la vida política y económica del país. La prensa local recogía ayer en sus páginas la teoría del compló, sin citar en ningún caso nombres, pero a nadie se le escapa los procedimientos judiciales que se encuentran desde hace varias semanas en marcha y con los que se intenta moralizar la vida política del país, y en la que se hallan implicados militares de alta graduación, alguno de los cuales, paradójicamente, es originario de la región de Anabas, escenario del magnicidio. Según esta teoría, el Frente Islámico de Salvación (FIS) sólo estaría implicado en estos hechos como un velemento más, y seguramente no sería el más decisorio.

Los testigos presenciales, y las primeras investigaciones, dan una cierta solidez a esta teoría, ya que, al parecer, el asesinato de Budiaf fue minuciosamente planeado y nadie se atreve a mantener que sea obra de un loco solitario como se insinuó en los primeros momentos. Oficialmente se reconoce que al menos son dos las personas implicadas en el hecho, una (le las cuales falleció en el tiroteo mientras que la otra se encuentra detenida. Los responsables del atentado, inexplicablemente, lograron sortear los controles militares establecidos en la casa de cultura de Anaba, y que sometía a cada uno de los invitados a un estricto control.

"Lo que más me llamó la atención fue el aire imperturbable del asesino, empuñando la metralleta mientras apartaba la cortina del escenario", ha explicado a este periódico uno de los testigos presenciales.

La Mafia, el trabendo -contrabando-, la compraventa de favores y la corrupción son algunos de los elementos que se barajan cuando se trata de buscar a los supuestos responsables del asesinato. Todo ello ha llevado a más de un político a trazar un paralelismo entre el asesinato de Mohamed Budiaf y la muerte del juez italiano Falcone en Sicilia. La opinión pública ratifica esta tesis, pero los comentarios se desbordan y, junto con la Mafia, se mezcla Francia y Occidente.

Una Argelia abatida

Todo ello sucede en una Argelia abatida, mientras el ministro del Interior prepara los funerales del cuarto presidente de la república, que se celebrarán hoy. Se anuncia una jornada de duelo desbordante, que finalizará en el cementerio de Al Alia, situado a dos kilómetros del barrio de El Harrach, uno de los feudos integristas más violentos de la capital. Budiaf será enterrado junto al presidente Huari Bumedian, y muy cerca de otros líderes de la independencia, como Diduch y Murad, Larbi ven M'Hidi y, evidentemente, no lejos del gran histórico emir Abd el Kader.

Los partidos políticos se deshacen en elogios y condenas, mientras, desde París, el órgano Fraternidad, portavoz de los exiliados del FIS, recordaba una vez más que Budiaf había empezado una dura represión contra los islamistas, condenado a muerte a 28 militantes y encarcelado a más de 12.000 personas en los campos de internamiento del Sáhara. Pero hoy en Argel nadie habla de ésto y sólo recuerdan el cuerpo de un anciano abatido por las balas, detrás de una mesa y cubierto con un abrigo.

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