1.600 rebeldes salvadoreños abandonan las armas para incorporarse a la vida civil
Más de 1.600 guerrilleros salvadoreños abandonaron ayer las armas para incorporarse a la vida civil en virtud de los acuerdos de paz firmados en enero pasado con el Gobierno. Este paso, considerado histórico para la pacificación de Centroamérica, llega con dos meses de retraso con relación al calendario de los acuerdos.
Este primer grupo de guerrilleros que ha iniciado el proceso de desmovilización del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y que concluirá el 31 de octubre próximo, empezó ayer a abandonar los 15 campamentos donde están concentrados los más de 7.000 rebeldes en distintos puntos del país.La paz, que llegó a El Salvador en enero pasado, se alcanzó tras casi 12 años de guerra que costaron 75.000 vidas humanas.
La misión de observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (Onusal) ha sido la encargada de verificar la salida de los combatientes, a quienes se entregó "certificados de reincorporación a la vida civil, política e institucional" del país.
El general español Víctor Suanzes Pardo, jefe de la división militar de la Onusal, tenía previsto asistir a la ceremonia del desarme de los guerrilleros en Chalatenango.
La reinserción del primer 20% de los guerrilleros estaba programada para el 1 de mayo pasado, pero los rebeldes se negaron a dar ese paso por considerar que el Gobierno estaba bloqueando el calendario de pacificación y no habían sido puestos en marcha los programas gubernamentales que garantizaran una "reincorporación digna".
Una parte de los rebeldes desmovilizados podrá realizar las pruebas físicas y psicológicas exigidas para ingresar en la Academia de Seguridad Pública que formará a los agentes de la futura Policía Nacional Civil.
