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Libia dice que no pretende convertir al Tribunal de La Haya en su paraguas frente a la presión internacional

Isabel Ferrer

Libia desea colaborar en la resolución del caso Lockerbie y no pretende transformar el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en uno de apelación, como paraguas ante el que presentar quejas cuando se siente, amenazada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Washington y Londres deploran su actuación y señalan a dicho órgano de la ONU como el foro donde Trípoli debe contribuir a resolver el siniestro aéreo de 1988. Estos argumentos, opuestos e irreconciliables, fueron, defendidos en el curso de una auténtica exhibición jurídica por los asesores de las tres partes.

Con ello concluyó la tercera sesión de la vista solicitada por el Gobierno libio para demostrar que tiene derecho a juzgar a los dos sospechosos de haber instalado una bomba en el avión que estalló causando la muerte de 270 personas.Paar Libia, la resolución 731 de la ONU, que solicita su colaboración en la lucha contra el terrorismo internacional, supone "una recomendación y no una decisión". Eric Suy, uno de los asesores belgas encargados por Trípoli de defender la postura del Gobierno de Muammar el Gaddafi, utilizó este argumento para asegurar que el Tribunal de La Haya está capacitado para pronunciarse sobre los aspectos jurídicos de un caso político que aparece también en la agenda del Consejo de Seguridad. "Constituiría un peligro darle sólo a éste carta blanca y negar la competencia de su máxima instancia jurídica en casos que también se discuten en Nueva York", señaló.

Su compañero en la defensa libia, el británico lan Brownlie, utilizó argumentos de índole moral para mostrar "el doble rasero con que a veces son medidos los actos terroristas". "Es arbitrario diferenciar entre la colocación de una bomba en un avión y otra forma de atrocidad internacional como lo fue el bombardeo de Trípoli y Bengasi efectuado en 1986 por aviones militares de Estados Unidos. Los dos son casos de violencia política, pero por el segundo nunca se recibieron excusas ni hubo pésames o compensaciones económicas".

Escuchadas las intervenciones de todos los asesores legales remitidos por las tres partes, los 16 jueces del Tribunal de La Haya levantaron la sesión. Disponen ahora de varias semanas para adoptar una primera resolución sobre las medidas pedidas por Libia, en lo que Washington y Londres ven un intento de paralizar una resolución condenatoria de la ONU.

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