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Los editores españoles intentan penetrar en el mercado de América por el Norte

Éxito relativo en la Primera Feria del Libro Hispano celebrada en Houston, Tejas

ENVIADO ESPECIALUn centenar de editores españoles han tratado de introducirse en el mercado de Estados Unidos, con un éxito relativo, a través de la Primera Feria Internacional del Libro Hispano (FILHUSA), que hoy se clausura en Houston (Tejas). Para muchos de estos editores, el mercado hispano de EE UU representa un nuevo horizonte comercial, y para otros, la salida de la crisis de¡ mercado latinoamericano. Los más críticos se preguntan si el mercado hispano-norteamericano está preparado cultura¡ y económicamente para asimilar esta oferta editorial.

"Estados Unidos es la asignatura pendiente de los editores españoles", declara Juan Salvat, presidente de la Federación de Gremios de Editores, una organización que agrupa a casi el 90% del sector en España. Salvat se declara pragmático ante el resultado de esta primera feria del libro en lengua castellana que se presenta en EE UU. "Dentro de unos días", asegura, "conoceremos los resultados de esta experiencia y si vale la pena continuar con este proyecto".El presidente de los editores no cree que la presencia española en Houston se deba únicamente a la crisis latinoamericana. "Creo que no se trata de una cuestión de causa-efecto; nuestra presencia aquí se debe a que el espectro social de este país ha cambiado, que los hispanos de Estados Unidos están comenzando a sentirse orgullosos de ser castellanohablantes y que éste es el momento de intentar introducirse en Estados Unidos". Para Salvat, los libros que tienen mejor entrada en este mercado, donde viven entre 20 y 25 millones de hispanohablantes, son los libros de referencia, los que complementan la información de los estudiantes en casa y los libros de formación escolar. "Las secciones de Hispánica de las universidades y las bibliotecas norteamericanas son nuestros clientes potenciales", asegura Salvat, quien sitúa entre 20 y 30 millones de dólares (entre 2.000 y 3.000 millones de pesetas) el volumen de exportaciones editoriales españolas a Estados Unidos en estos momentos. Según él mismo reconoce, "una cantidad muy pequeña".

Federico Ibáñez, director general del Libro y Bibliotecas del Ministerio de Cultura español, cree que este mercado es difícil por "su inmensidad y dispersión y por los escasos recursos adquisitivos de la población hispana". Ibáñez cree que el retraso de esta aventura americana de los editores españoles, que se inicia sólo a nueve años del siglo XXI, no sólo se debe a la crisis latinoamericana. "La adecuación de nuestras editoriales a las normas del Mercado Común ha tenido un proceso largo, pero ahora es el momento de trabajar pensando en este mercado". En su opinión, los tres tipos de libros que más entrada tienen en este país son los de literatura, entretenimiento y los de soporte de información. El representante del Ministerio de Cultura no cree que España deba competir con los editores latinoamericanos por este mercado, "porque nuestro esfuerzo no se debe encaminar hacia la competencia, sino hacia la colaboración". Para Ibáñez, "en Estados Unidos hay sitio para todos".

El escritor argentino Juan Ángel Bustinza, representante de la editorial bonaerense AZ Editora, cree que los libros didácticos son los más adecuados para este mercado y que éste es el mejor momento para intentar la conquista de Estados Unidos. Bustinza pone como ejemplo el caso de Puerto Rico, "donde al final el castellano le ha ganado la batalla al inglés".

Futuro a medio plazo

En el mismo continente, pero con una situación completamente distinta, se encuentra México. Federico Kraft, del Centro de Promoción del Libro Mexicano (Cepromex), explica que el mercado hispano en EE UU debe transformarse mucho más antes de poder consumir libros. "Los hispanos deben sobrevivir en un mundo hostil; aquí hay futuro, pero a medio plazo", explica.Muy pocos editores y distribuidores norteamericanos se han acercado estos días por FILHUSA. Algunos profesionales españoles se quejan de la escasa incidencia de la feria. Héctor Chimirri, de Ediciones B, se lamenta de haber recibido sólo a unas pocas bibliotecarias preguntando sobre Dónde está Walli. Lo mismo ocurre con la gente de CILEH, la Editorial Juventud y Ediciones Guadalquivir. Los representantes de las editoriales de Santillana, Planeta, Áncora, Editorial Aguilera, Editorial Casals, Editorial Popular, Espasa Calpe y Tecnos tampoco han tenido demasiados clientes. "flojo", "decepcionante", "fracaso" son algunas de sus quejas. Manuel Treviño, del grupo Anaya, a pesar del escasopoder de convocatoria dice:"Esta es la primera feria en EE UU, y debemos apoyar el proyecto".

Jorge Delkáder, de Ediciones SM, y J. Senserrich, de Distribuciones Prólogo, reconocen que FILHUSA no ha tenido el éxito esperado, pero también creen que "hay que seguir intentando penetrar en este mercado hispano de Norteamérica".

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