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Tàpies ilustra el libro de Gimferrer 'La llum'

"Son poemas sobre lo invisible escritos a partir del mundo visible", dice el escritor

El académico Pere Gimferrer publicará próximamente un nuevo libro de poemas, La llum (Edicions 62), compuesto de un total de 35 poemas escritos por el escritor entre octubre de 1988 y mayo de 1989. Doce de estos poemas, junto con ocho aguafuertes de Antoni Tàpies, ¡aparecerán en una cuidada edición de bibliófilo, realizada con papel Japón, de 150 ejemplares, producida por Edicions T de Barcelona. Tàpies utiliza elementos terrenales y cotidianos, dentro de un lenguaje artístico que el pintor denomina "luz oscura".

"La iniciativa", cuenta. Pere Gimferrer, "surgió de Ediciones T. Fue Antoni Tàpies Barba quien, en octubre de 1988, me propuso hacer el libro en colaboración con su padre, Antoni Tàpies. Al principio, pensamos en un conjunto de ocho poemas; después el número creció a once y finalmente serán doce los poemas de la edición. De hecho, lo que sucedió es que la idea inicial fue adquiriendo un desarrollo propio y de ahí surgieron los 35 poemas que publicará Edicions 62".Según Gimferrer, "las composiciones del libro son poerrías sobre lo invisible escritos a partir del mundo visible, de la percepción de la luz en su sentido físico". Los once primero, junto con el último, son los que figuran en la edición de bibliófilo.

"Los poemas de La llum enlazan con la última parte de El vendaval, titulada 'El Belvedere", comenta Gimferrer. "Todos son sonetos, con excepción del primero, que está escrito en las mismas estrofas de L'Atlántida de Verdaguer, que son serventescos alejandrinos". Los sonetos tienen métricas diversas.

La edición de bibliófilo de La llum consta de 150 ejemplares, de los que 135 están firmados por Tàpies y Girriferrer en la última página y numerados del 1 al 135 con cifras árabes. Los restantes 15 ejemplares, firmados en el mismo lugar, pero numerados en cifras romanas, son hors commerce.

La aportación de Antoni Tápies -ocho aguafuertes y dos serigrafías- representa un cierto de contrapunto a los poemas de Gimferrer. Frente a la exquisitez formal y luminosidad léxica de los sonetos, Tàpies realiza una intervención plástica intensa, con utilización de elementos muy terrenales y cotidianos en los grabados, que no son en absoluto ajenos al lenguaje expresivo del artista y, al propio tiempo, prosigue la investigación en lo que él denomina "luz oscura", que también es una de las constantes de su obra pictórica y gráfica.

"De algún moclo, la lectura de los poemas de Gimferrer me hizo reaccionar así", dijo Antoni Tàpies, quien explicó que "la poesía de Gimferrer, siempre tan barroco, exquisito y veneciano, me inspiró para una intervención más contundente".

De los ocho grabados de Tàpies que integran la obra, seis son sencillos y dos dobles. El artista ha firmado y numerado el primer grabado de cada libro. Se trata de obras de realización bastante compleja, ya que incluyen collages y en algún caso, dobles collages. Son obras totalmente congruentes e integradas en el lenguaje plástico de Antoni Tàpies, en las que la presencia de masas, trazos y manchas negras es fundamental, aunque algunas de ellas tienen elementos de color.

El escritor Justo Navarro, que ya tradujo los dos últimos poemas de El vendaval, ha empezado a traducir La llum al castellano, para una edición que aparecerá probablemente el próximo ano.

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