_
_
_
_
_

Estrenos y premios en el Festival de Orquestas Juveniles

En la sucesión de actuaciones a cargo de distintas orquestas juveniles -las dos de Murcia, Bilbao. Kosice, Doual, Milán y Leningrado- hay que destacar algunos aspectos de acusado interés. Uno de ellos es, sin duda, la celebración de las bodas de plata por parte de la Coral Universitaria murciana, fundada en 1966 por quien fue su primer director Enrique González Semitiel. Inmediatamente, hemos de resaltar los méritos de la Orquesta del Conservatorio de Milán, no sólo por la calidad individual y colectiva del grupo sino también por la personalidad de su director: Daniele Callegari (Milán, 1960) es un conductor brillante, seguro, efectivo y de gran poder de corrunicación al que aguarda una muy brillante carrera. Con la Sinfonía concertanle para violín y viola, de Mozart y El carnaval de los animales, los jóvenes italianos nos dieron a conocer el Solo para orquesta, de Rafael Cacciola (Milán, 1965). Es página de seguro trazo, muy comumcativa y clara de líneas dentro de un lenguaje plenamente actual.

El madrileño Jorge Fernández Guerra (1952) trabajó en el Conservatorio y más tarde recibió gran influencia de Luis de Pablo, lo que, en cierta medida, se advierte en sus pentagramas últimos como son los de Reliés aux étoiles. El estreno por la Orquesta Internacional del Festival 91, formada por instrumentistas de las agrupaciones participantes, dirigida por el profesor griego-austriaco Christos Polyzoides, no alcanzó la perfección y nitidez expositiva deseables pero permitió al público conectar con el pensamiento inconformista, planificador y minucioso de Fernández Guerra, lo que le valió una acogida muy favorable.

Otro estreno importante, esta vez a cargo de la joven Orquesta de Leningrado, dirigida profesoralmente por Vladímir Althusler, fue el Concierlo para violonchelo y cuerda, del italiano Luca Cori (Varese, 1964), un trabajo de calidad que mereció el premio Murcia de Composición, 1990, por la versatilidad lograda entre instrumentos de una sola familia, la excelente construcción y la naturalidad del discurso.

Capítulo esencial en el Festival de Murcia son, cada año, los concursos de composición y de interpretación. Esta vez el premio a la creación recayó en el japonés Shigeru Kan-no (Fukushira, 1964). Los jóvenes soviéticos se hicieron con los premios de violín, viola y contrabajo, obtenidos por Anna Laukina, Serguei Levitin, Dimitri Ashkenazi y Nazaret Kourtchian, en tanto Reija Lurio, de Italia, ganaba el galardón de violonchelo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_