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La ONU aprobará hoy el ultimátum a Irak

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas inicia hoy, bajo la presidencia del secretario de Estado norteamericano, James Baker, su undécimo debate sobre la invasión y anexión de Kuwait por Irak. Salvo dificultades imprevistas, se aprobará una resolución que autorice el uso de la fuerza militar para desalojar a las tropas iraquíes del emirato que ha convertido en su provincia antes del 15 de enero próximo si el presidente Sadam Husein no ordena una retirada antes de esa fecha. Simultáneamente, influyentes congresistas demócratas recordaron ayer en Washington al presidente George Bush el mandato constitucional que concede exclusivamente al Congreso la facultad de declarar la guerra.

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Las dificultades imprevistas de última hora se pueden presentar en la forma de una resolución sobre los territorios ocupados por Israel presentada por cuatro países no alineados -Cuba, Yemen, Colombia y Malaisia-, que pretendían a primera hora de ayer que el Consejo votara su resolución antes de debatir el nuevo documento sobre Irak.El proyecto de resolución presentado por los no alineados pide el nombramiento de un comisario especial de las Naciones Unidas, una especie de ombusdman, con la misión de supervisar e informar sobre la situación en los territorios ocupados, así como la convocatoria de una reunión de los 164 países signatarios de la 41 Convención de Ginebra para discutir la protección de los palestinos en dichos territorios.

Soberanía israelí

Israel se opone frontalmente a la resolución con la excusa de que su contenido supone una violación de la soberanía israelí. Estados Unidos, que posiblemente se vería obligado a vetar la resolución por presiones del lobby judío norteamericano, intentaba ayer conseguir por todos los medios un aplazamiento del debate por temor a que su postura provocara fisuras entre los miembros árabes de la coalición antiiraquí.

Su embajador ante la ONU, Thomas Pickering, en su calidad de presidente rotatorio mensual del Consejo durante noviembre y por tanto encargado de la fijación del orden del día, intentaba ayer conseguir el beneplácico de los miembros del organismo para retrasar el debate sobre la resolución palestina hasta después de la votación sobre la autorización del uso de la fuerza contra Irak.

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Según la cuenta hecha por el Departamento de Estado, Washington contaba ayer con 10 votos, además del suyo, en apoyo del proyecto de resolución sobre Irak. De acuerdo con las normas que rigen el funcionamiento del Consejo de Seguridad, una resolución necesita por lo menos nueve votos para ser adoptada formalmente por el organismo. Los países que aparentemente han informado a Estados Unidos de su decisión de votar a favor de la resolución son: Unión Soviética, Reino Unido, Francia, Canadá, Colombia, Costa de Marfil, Etiopía, Finlandia, Rumania y Zaire.

El quinto miembro permanente del Consejo, China, anunció ayer en Pekín que no votaría a favor, pero tampoco indicó que lo haría en contra, lo que supondría no ejercer el derecho de veto que le corresponde en su calidad de miembro permanente. Su ministro de Asuntos Exteriores, Qian Quichen, visitará Washington el viernes para celebrar una entrevista con el presidente George Bush, la primera reunión de alto nivel entre dirigentes de ainbos países desde los sucesos de Tiananmen, en junio de 1989.

De los países no alineados, el único que ha anunciado su decisión de oponerse a la resolución es Yemen. Malaisla y Cuba todavía se muestran indecisos. A pesar de que el embajador cubano ante las Naciones Unidas, Ricardo Al arcón de Quesada, calificó el proyecto de resolución de "violación de la Carta de las Naciones Unidas", La Habana no había revelado ayer su decisión final. La ausencia de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos no impidió la celebración el pasado domingo de una inusual reunión en Washington entre el secretario de Estado adjunto para Asuntos Políticos, Robert Kimmit, y un diplomático cubano.

Por su parte, el influyente Comité de Servicios Armados del Senado norteamericano inició el martes un debate sobre la política norteamericana en el Golfo con la declaración del ex secretario de Defensa y ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) James Schiesinger, quien se mostró a favor de dar más tiempo a las sanciones económicas contra Irak.

Los senadores demócratas se mostraron contrarios a la decisión del presidente Bush de duplicar los efectivos militares norteamericanos en la zona y criticaron la posición de la Casa Blanca de acudir a las Naciones Unidas antes que al Congreso de Washington en búsqueda de una sanción para el uso de la fuerza. "No basta ir a las Naciones Unidas. Hay que venir al Congreso", declaró el senador Edward Kennedy.

[Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Roland Dumas, aseguró ayer en el Parlamento de su país que la resolución que hoy apruebe el Consejo de Seguridad de la ONU será la última oportunidad para evitar la guerra, informa la agencia Reuter].

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