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Protesta de dos días en Bucarest contra la "política represiva" del Gobierno

Berna González Harbour

Centenares de policías intervinieron ayer para intentar disolver en el centro de Bucarest una concentración de opositores al Frente de Salvación Nacional (FSN). Desde las siete de la mañana del lunes y durante toda la jornada de ayer, unos cientos de personas permanecieron protestando contra un Gobierno al que acusan de dirigir Rumania con los mismos esquemas represores que el dictador Nicolae Ceausescu.

La plaza de la Universidad, escenario y símbolo de la revolución de diciembre, amaneció ayer nuevamente cortada al tráfico. Barricadas montadas con enormes placas de hierro y automóviles, pancartas y estandartes rumanos amenazaban a un cordón policial temeroso y vacilante. "¡Abajo Iliescu, abajo Securitate!", gritaba la multitud, furiosa y enardecida por más de una botella de alcohol. Megáfono en mano, los manifestantes decidían si dejaban pasar una ambulancia o no, dueños por completo del lugar.La policia, presionada por conductores indignados y paseantes, procedió finalmente a desmontar las barricadas e intentar devolver la ya extraña normalidad a las calles de Bucarest.

No consiguió, sin embargo, desalojar a los concentrados, que se encararon con insultos ante el cordón policial: "¡Terroristas, securistas!", gritaban los manifestantes, enardecidos, ante los rostros inmóviles, pero nerviosos, de las fuerzas de seguridad.

La policía rumana se encuentra actualmente muy debilitada por su pasado en la defensa del régimen de Ceausescu. Al igual que en enero, cuando manifestantes exaltados arrancaron de Ion Illescu, el presidente, la promesa de reinstaurar la pena de muerte, o en febrero, cuando otros tantos asaltaron la sede del Frente, los policías permanecieron ayer impasibles hasta el último momento. Se suceden en Bucarest escenas de violaciones de las normas del tráfico sin que las fuerzas de seguridad se atrevan a levantar el silbato.

¿Y quién está detrás de las manifestaciones? Grupos como Alianza del Pueblo o Unión Veintidós de Diciembre, supuestas organizaciones culturales, firman las pancartas y voces contra el Frente de Salvación Nacional en las protestas. Según observadores, se trata de nuevas ramas de la derechización popular y patriótica que prolifera en Rumania, al igual que la del grupo ultranacionalista de Vatra Romaneasca, y que acapara las ansias de gritar de un pueblo después de 40 años de silencio.

Clima caldeado

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Lo cierto es que el clima preelectoral está bastante caldeado a un mes de las elecciones, previstas para el 20 de mayo.Campesinos y liberales, los más fuertes opositores entre los 72 partidos registrados, concentran a un electorado consciente de que hoy gobiernan comunistas reconvertidos, los mismos que colaboraron con Ceausescu y que han adoptado el lento estilo de la perestroika. Frente al FSN, ambos partidos pretenden una pronta liberalización de la economía y un rápido acercamiento a Europa occidental.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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