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Roberto Robaina: "La sociedad cubana espera más cambios"

El líder de la Unión de Juventudes Comunistas defiende la vía reformista dentro del régimen

Antonio Caño

El nombre de Roberto Robaina fue coreado por los jóvenes de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) instantes después de que, como corresponde al protocolo cubano, Fidel Castro y su hermano Raúl fuesen nombrados el pasado mes los primeros delegados al próximo congreso de la conflictiva organización estudiantil. Todo un síntoma de la popularidad de este hombre de 34 años que se ha convertido en el más joven miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC). Robaina fue entrevistado en La Habana por el corresponsal de EL PAÍS en Centroamérica.

Robaina es ya el más destacado símbolo del reformismo dentro de un régimen que se resiste a seguir los pasos marcados por otros países socialistas, pero que busca discretamente nuevas formas de relegitimación.Algo aturdido por la responsabilidad y quizá confundido por saber que tiene sobre su mesa casi tantas solicitudes de entrevistas como el propio Fidel Castro, Roberto Robaina, secretario general de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) desde 1986, cree que lo más importante no es buscar a la persona más joven del buró político. Lo más ,importante, lo más estimulante es que la dirección del partido haya decidido que sea toda una nueva generación la que esté representada. Es un ejemplo de una nueva generación que, con trabajo, ha ganado un espacio y que tiene un papel importante, que va a desarrollar".

Para todos en Cuba, Robaina es simplemente Robertico, un joven que habla como una locomotora, que viste vaqueros, camisetas y zapatos deportivos y que confiesa una preocupación obsesiva por hacer que el partido "baje" hasta los ocho millones de cubanos que viven al margen de la actividad política.

Robaina se esfuerza por encuadrar su mensaje en los límites de la defensa del socialismo y la admiración al comandante en jefe, pero sueña, sin duda, con viento fresco en una sociedad con miedo al aislamiento después de la caída de los Gobiernos comunistas en el Este de Europa.

"En estos momentos", afirma Roberto Robaina, "la revolución y la propia dirección del partido están demostrando que es necesario hacer una serie de cambios y se están haciendo. El cambio no está en quién se trae y quién ..se lleva. El cambio está en que, de cara a la celebración del IV Congreso del partido el año próximo, la propia dirección entendió que en el buró político hay una serie de compañeros que en un determinado momento jugaron su papel, pero que en la sociedad están presentes tinos movimientos que es muy útil que estén representados en el buró político".

Aunque es todavía un novato en su papel de dirigente nacional, Robaina está convencido de que su designación no es un hecho aislado ni accidental sino que, por el contrarío, "hay una voluntad de cambios". "Una voluntad que no sólo se expresa en mi elección sino en otras muchas maneras. Se expresa en planes económicos, en discusiones de cara al congreso y también en movimientos de cuadros, movimientos que durante un tiempo han sido a nivel intermedio y que ahora han tenido su expresión más alta en el buró político".'Perestroika' y rectificación

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No le importa que se le atribuyan simpatías por una perestroika cubana. "Yo a la palabra perestroika no le tengo ningún miedo", afirma. "Pero creo que en Cuba tiene su traducción, que es la rectificación. Lo nuestro tiene que ver con la convocatoria del IV Congreso: nos hemos dado cuenta de que hemos avanzado en estos tres años, pero no estamos satisfechos con lo que hemos avanzado en la rectificación. La sociedad espera más cambios y espera que el partido afronte con valentía y con resultados los problemas que tenemos. Necesitamos más rectificación, y durante y después del congreso más rectificación, pero con nuestro modelo".

El joven dirigente cubano anticipa los aspectos más conflictivos de su "rectificación dentro de la rectificación", como es el de mayor libertad de expresión. "No estamos satisfechos con el papel que juegan nuestros órganos de prensa. Creemos que la prensa debe jugar un papel más claro en combatir nuestros errores, aunque aquí la libertad de expresión es para trabajar dentro de la revolución. Aquí no cabe una prensa que quiera estar contra la revolución".Robaina parte de la base de que el interés con el que hoy se sigue en el mundo el pensamiento de la juventud cubana como eventual foco de crisis interna tiene una intención política y considera que "el imperialismo se hace ilusiones de que con los jóvenes puede montar algo, que puede mirar a esta generación que no hizo la revolución y que no se siente muy comprometida con las cosas que hizo este proceso". Pero, al mismo tiempo, admite que "ese 1 de enero de 1959 [fecha del triunfo revolucionario] cada vez se nos aleja y la gente que va naciendo encuentra muchas cosas resueltas, y, como las encuentra resueltas, no se da cuenta de cómo estaban antes y empieza, incluso, a mirarse en otros lugares".

"Conscientes de todo eso", añade, "nosotros nos planteamos cómo echar la bronca en ese terreno, conscientes también de que los yanquis iban a querer echar la bronca en otro sentido, que es lo que están haciendo".

Garantizar la supervivencia del sistema

Para el líder comunista Robaina, uno de los mayores retos de la juventud cubana es demostrar que es capaz de contribuir al proceso revolucionario desde su propio criterio: "Lo importante es no fijarse tanto en los de ayer y pensar que, si los de ayer estuvieron a la altura de su tiempo, nosotros tenemos que estar a la altura de nuestro tiempo"."Entendemos nuestro trabajo", agrega, "coíno un proceso de continuidad de una misma obra, donde hay muchas cosas que vienen de atrás que nosotros necesitamos recoger y donde nosotros tenemos que incorporar muchas cosas también".

Entre las cosas a incorporar, Robaina cree que "hay que lograr un espíritu de capacitación laboral que nosotros no tenemos. Hay que hacer que este Ipaís venza económicamente, que este país produzca y que este país satisfaga sus necesidades".El secretario general de la UX cree que lo que se ha conseguido hasta ahora en ese terreno es "que si aquí vienen los yanquis y nos dicen vámonos para la sierra, a la sierra vamos todos, pero es que llevan 30 años sin venir los yanquis y esos 30 años hay que aprovecharlos para que el que trabaje en un torno haga producir el tomo".

Pero también tiene Robaina que hacer algunas aportaciones en el terreno político, incluso en el más delicado. "Yo sé que hay mucha gente interesada en saber dónde están los relevos en este país, quién es el hombre que sustituye a Fidel. Yo creo que el problema no consiste en sustituir a Fidel. Yo creo que el problema no consiste en sustituir a un hombre por otro. Yo no creo que la solución sea quitar a todos los de 60 años y poner a los de 28. Nosotros nos, sentimos felices con Fidel y ojalá que tenga pilas para estar con nosotros decenas de años más. Hay otra gente que no va a aguantar, pero el problema no lo vemos en buscar gente a la que sustituir. Yo creo que este país necesita sobre todas las cosas reforzar la dirección colectiva. Fidel surgió en una coyuntura que no es la que tenemos en estos momentos. Nosotros ahora para buscar a otro Fidel no vamos a mandar a un hombre a la sierra por 30 años, el Granma y todo eso. Los hombres de este tiempo son hombres de este tiempo, y van a salir".

Para Robaina, más importante que sustituir a los hombres es garantizar la supervivencia del sistema porque, según él, "el socialismo tiene muchas imperfecciones, es verdad, pero por muchas imperfecciones que tenga es,superior a lo que nos toque si alguien quiere que el capitalismo vuelva a este país, porque el capitalismo que viene para este país no es el de Suecia o el de los países desarrollados, es el del prostíbulo y el del traspatio de los yanquis".

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