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FESTIVAL DE ORQUESTAS JÓVENES DE MURCIA

Un gran concierto para violín y orquesta de Manuel Seco

Como cada año, el Festival de Orquestas Jóvenes aportó a la música dos obras nuevas: el estreno de la premiada el año pasado y el de la compuesta, por encargo, para el presente. En este caso se ha tratado del Concierto para violín y orquesta de Manuel Seco de Arpe, una de las figuras claves de la generación de 1961, personalidad muy ligada a Murcia, en cuyo conservatorio ejerce la enseñanza, y compositor por naturaleza y saber.Este concierto violinístico me parece admirable; es uno de esos caballos blancos una y otra vez esperados por los solistas y raramente encontrados. Se trata de música sustancialmente actual, pero no puesta al servicio de tal o cual moda, corriente o capricho. Cada vez resultan más ridículos ese género de limitaciones que, en el fondo, se tornan agresiones a la libertad creadora del artista. Más aún, si tenemos en cuenta que en música uno de los datos característicos de nuestra época es la de mantener vivos ante el público, gracias a los medios de reproducción y difusión, muchos siglos de historia. ¿Cómo, entonces, acotar parcelas o emitir "certificados de buena conducta contemporánea?

Manuel Seco se distingue precisamente por entender su arte con libertad, lo que no impide rigor sino que lo exige y aumenta. Se comunica con el público en este concierto de manera hondamente expresiva, lírica a ratos y siempre muy bella, tanto en la parte solista como en la perfectamente articulada parte orquestal. El concierto, forma directa de los autores actuales, se enriquece con esta página singular, sentida con profundidad y realizada con primor artesanal a través de los tres tiempos, obedientes a una unidad de concepto en la que los valores contrastantes de todo género se tornan algo constitutivo.

Eficacia

Hay que esperar una pronta difusión de esta obra, llamada a obtener en todas partes el éxito que aquí obtuvo el día del estreno en el concierto de clausura del festival a cargo de la Orquesta Internacional 90, formada por instrumentistas de las diversas formaciones participantes, trabajada y dirigida con eficacia profesoral por el británico Frederick Appelwhite y con la japonesa Takane Funatsu, premio violinístico en el concurso del año pasado y protagonista de absoluta categoría internacional. En la novena edición, que acaba de terminar, los premios a instrumentistas han ido a manos soviéticas: Michael Richter ganó el de violín y Dimitri Kirillor el de violonchelo, y ambos pertenecen a la sensacional orquesta del Conservatorio de Leningrado.Un italiano, Luca Cori, nacido en Busto Arsiz1o en 1964 y formado principalmente con Donatoni, Manzoni y Ferneyhough, obtuvo el premio de composición.

De las dos formaciones norteamericanas -que desencantaron no poco a la audiencia- hay que anotar, sin embargo, que se trata de lo que aquí entenderíamos por una actividad en centros de enseñanza de BUP y, en todo caso, señalar que con la Camerata Juvenil de Nueva York vino un fagotista puertorriqueño que demostró en Mozart una altísima categoría.

Edwing Cabrera será, sin duda, gran figura internacional de su especialidad. Con el aplauso general y una constante asistencia de público, el festival murciano se afianza y se prepara para celebrar su décima edición el próximo año, que tendrá como tema central Mozart en el segundo centenario de su muerte.

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