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Aparece una versión en 'comic' de Neuromante', de William Gibson, una de las mejores obras de ficción científica de los ochenta

La novela de ficción científica Neuromante (publicada en España por Minotauro), obra de William Gibson y ganadora de los más prestigiosos premios del género (Hugo, Nebula y Philip K. Dick), ha sido adaptada al comic por el guionista Tom De Haven y el dibujante Bruce Jensen. La revista Cimoc ha iniciado su publicación por capítulos.Neuromante, adscrita a la corriente del cyberpunk, está considerada por los expertos como la mejor novela de ciencia ficción de los 80 y presenta un mundo tecnológico inquietante sometido a las computadoras y muy cercano estéticamente a Blade Runner.

La trama de Neuromante situa la acción en un futuro inmediato, donde la omnipresencia de la inteligencia artificial no es obstáculo para que hayan seres humanos (los vaqueros electrónicos) capaces de conectar su mente a los ordenadores e introducirse en sus programas para conocer sus secretos. El protagonista, Case, es un experto ladrón de programas que ha sido castigado por aquellos para los que trabajaba con la implantación de una micotoxina soviética que le impide introducirse por vía neuronal en el ciberespacio, el lugar donde se despliegan los programas.

Case vive como un ángel caído en un lugar de Japón descrito como la Osaka de Black Rain, y mezclado en el tráfico de poderosas drogas sintéticas. La lectura de la novela, de una cierta dificultad conceptual (con términos como simestim, microsoft, etcétera), es sin embargo apasionante por la excelente calidad de la narración. La aventura central de Neuromante presenta algunas ramificaciones soberbias como el atisbo de una guerra electrónica entre la URS S y EE UU.

El comic capta la atmósfera que respira la novela y la recrea en unas viñetas llenas de colores de luces de neón. El propio Willian Gibson ha señalado que esta adaptación de su libro a la historieta "se parece mucho a como yo la ví en mi cabeza".

La influencia estética de la película Blade Runner es muy perceptible, con la luz filtrándose por las ventanas o el color de la iluminación de los locales manchando las viñetas. La planificación de la historieta responde a una concepción muy cinematográfica, con unos personajes parecen mirar a la cámara. Los contornos de las siluetas apenas son perceptibles, en un trabajo donde los colores adoptan sugerentes formas gracias al extraordinario trabajo de Bruce Jensen, que obtuvo por él una mención honorífica en la World Fantasy Convention.

William Gibson dice en el prólogo a la edición norteamericana del álbum (editado por Epic) que cuando tenía trece años aspiraba a convertirse en un dibujante de historietas y en un escritor de novelas de ciencia ficción. "Dibujar comics me pareció entonces el camino más corto, pero estaba equivocado", afirma al reconocer su frustración por no haber conseguido su primer objetivo. Para Gibson la adaptación de su novela al comic es algo similar a la traducción en otra lengua. "Lo importante en ambos casos es saber leerla".

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