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La OLP amenaza con endurecer la "intifada" si fracasa el diálogo con EE UU

"El veto que han puesto Abu Ayad y Yasir Arafat a la continuación del intercambio de puntos de vista entre personalidades palestinas de los territorios y dirigentes israelíes es un signo de debilidad",an declarado el primer ministro israelí, Isaac Shamir, y el ministro de Justicia, Dan Meridor. Esta decisión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es aparentemente una respuesta a la declaración formulada en Túnez por EE UU de que el acuerdo sobre las elecciones en Cisjordania y Gaza debe ser negociado únicamente entre Israel y los palestinos de los territorios ocupados. La OLP se muestra, al parecer, dispuesta a endurecer la intifada si fracasa el diálogo con EE UU.

"No se hará nada sin la participación de la OLP", declaró Abu Ayad, uno de los hombres de Arafat. Éste, en una conferencia de prensa en Túnez, amenazó a Israel y a Estados Unidos con reactivar la intifada y, sobre todo, con convocar el Consejo Nacional Palestino (Parlamento en el exilio) para que "se pronuncie sobre lo que está pasando". Una alusión a un posible, si no probable, cambio de la línea moderada del Consejo.Y, ¿por qué este endurecimiento? Porque la OLP está muy decepcionada por el diálogo con Estados Unidos. Los norteamericanos no han conseguido -¿o no han querido conseguir?- acercar a Israel a posturas más próximas a las reivindicaciones palestinas. Ni siquiera han concedido una pequeña victoria moral a la OLP elevando a mayor nivel las negociaciones, desplazandolas de Túnez a Washington.

La vía diplomática que tomó Arafat y aprobó el Consejo Nacional Palestino de Argelia en noviembre de 1988 se ha revelado, por el momento, como un método estéril. Arafat aún no ha renunciado a su "ofensiva de paz" contra Israel, pero ya está preparando ala opinión palestina e internacional para un eventual cambio en la próxima reunión del Consejo.

Estancamiento

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Al fracaso del diálogo con Estados Unidos se añade el estáncamiento de la intifada. Los jóvenes palestinos continúan luchando, tirando piedras y bombas incendiarias, y cayendo bajo las balas israelíes. En las últimas 24 horas ha habido cuatro muertes: una joven de 14 años, cerca de Ramallá, y otros tres jóvenes, de 14, 15 y 17 años, cerca de Belén y de Jan Yunie, en Gaza. Pero, poco a poco, la euforia de los primeros meses -cuando los líderes de la intilada, los jefes de los comités populares, estaban convencidos de que su coraje y sacrificios iban a cambiar la política norteamericana e israelí- se ha desinflado.

Los palestinos no saben ya de quién desconfiar: Después de haber utilizado ya falsos coches de Prensa como tapadera, los agentes de seguridad israelíes se disfrazan últimamente de turistas inocentes. Recientemente, en Belén, disparos procedentes de un grupo de turistas extranjeros provistos de cámaras mataron a un joven palestino e hirieron a otro, que tiraban piedras contra una patrulla israelí.

[Yasir Arafat, por otro lado, denunció el martes una conspiración para expulsar a más de medio millón de palestinos de Líbano y reasentarlos en Jordania, según la agencia Efe. Los milicianos drusos prosirios expulsaron hace 10 días a más de 80 familias palestinas de Wadi Zeinab y de Jiyeh (pueblos situados al sur de Beirut). "Es una peligrosa conspiración tendente a establecer en Jordania una patria de recambio para los palestinos", afirmó Arafat].

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