Ruiz Miguel inicia su adiós definitivo a la feria
El diestro Francisco Ruiz Miguel inicia hoy su despedida de la feria, en la que aún actuará otras dos tardes, en la temporada de su adiós definitivo. El de esta tarde será su paseíllo número 44 en la historia del abono isidril. Le acompañarán Roberto Domínguez y Manili, ambos en su segunda comparecencia en la actual edición, en la que aún les queda otra.Los toros son de la divisa que se anuncia a nombre de Pablo Martínez Elizondo, y que pertenecen al empresario de Las Ventas, Manuel Chopera. Es el debú, de esta divisa, triunfadora en otros cosos, en corridas de toros, ya que en la feria de 1987 lidió una novillada con picadores.
Ruiz Miguel, 39 años, dice que se marcha de la fiesta con un doble sentimiento, de tristeza y alegría, que explica: "Tristeza", dice, "porque ha sido mi profesión durante casi 25 años y la voy a echar de menos, pues todavía estoy enamorado de ella".
"Alegría", continúa, "porque he cumplido muchos de mis objetivos, he batido varias marcas importantes y creo que merezco un puesto de oro en su historia, pues mi hoja de servicios no sólo es brillante, sino que está llena de actuaciones frente a toros de las divisas más duras y difíciles".
El espada asegura que la que más se ha alegrado de que se retire definitivamente es su mujer: "Me lo ha pedido en tantas ocasiones, que ahora no se lo cree. Pero siempre he sido una persona seria y lo prometido es deuda".
Ruiz Miguel es poco amante de que la prensa se inmiscuya en su vida privada: "Nunca permitiré que se metan en lo más sagrado. Reconozco que soy un personaje público y por eso admito todas las opiniones, incluso las contrarias, respecto a mi toreo. Pero nunca dejaré que se airee mi vida íntima"
El torero no quiere entrar en la cuestión de si otros compañeros tiene más contratos porque sus continuas presencias en las revistas del corazón: "Ese es su problema, pero mi personalidad y seriedad me lo impiden".
Las marcas a que se refiere son las siguientes: más de 80 corridas de Eduardo Miura estoqueadas, otras tantas de Victorino Martín, y casi 40 de Pablo Romero, Murteira Grave e Isaías y Tulio Vázquez. Además, ha cortado 39 orejas en Madrid, plaza de la que ostenta el récord de número de salidas a hombros de todos los matadores en activo, con 11.
Al conocer que con las 46 actuaciones que cumplirá en la feria al finalizar las de esta temporada se queda a tan sólo una de la marca máxima establecida por Paco Camino, bromea: "En ese caso, me apunto a alguna sustitución o vuelvo en 1990, sólo con la intención de igualar o superar esta cifra".
El diestro de la Isla de San Fernando (Cádiz), que se despedirá definitivamente de Las Ventas en la feria de otoño, en la que matará una corrida de Victorino, lanza piropos a la afición de esta plaza. "Madrid, digan lo que digan los que no van con la verdad por delante, es la plaza más importante del mundo, como demuestra que el que triunfa aquí ha solucionado su temporada, y eso lo sé yo muy bien. Eso no ocurre, por ejemplo, en Sevilla."
Los aficionados más entendidos
Tampoco se queda atrás a la hora de calificar a sus aficionados: "Son los más entendidos, los que más exigen y los que más analizan, y que conste que no es por hacerles la pelota, que ya no me hace falta". El espada va a enfrentarse en esta feria a toros de tres divisas que no son de las denominadas comerciales y del gusto de otras figuras: "No iba a empañar ahora mi historial enfrentándome a toros de divisas cómodas".
Ruiz Miguel llega a la feria en un gran momento, tras varios triunfos consecutivos en plazas francesas. El de Nimes, cuando el pasado día 11 cortó dos orejas a un toro de Victorino después de dos avisos, lo guarda como uno de los mejores recuerdos de su vida: "Aqueflo fue una apoteósis y la gente me vitoreaba por la calle".
Es lo que declara que intentará en su último San Isidro, que inicia frente a toros de una ganadería que torea por primera vez: "Aunque mis informaciones sobre ellos son que suelen salir con fuerza y casta".
Dos dos características también apuntadas por Domínguez: ,"Eso los hace dificiles porque descubren a los mediocres, lo que procuro que no sea mi caso". Y es que el vallisoletano, que ya ha cortado una oreja en la feria, considera que en esta profesión se está siempre aprendiendo: "El que no piense así es un necio".
Manili no pudo lucirse el día 15 "porque los toros eran imposibles", dice. Ya sabe lo que es triunfar con los de Elizondo, y desea que en la practica cumplan con esta teoría: "No me puedo ir de vacío, porque los envidiosos de mi triunfo del año pasado seguro que me pasarían factura".
