Apertura solemne en Moscú de los actos del milenario del cristianismo
Las festividades del milenario del cristianismo en Rusia se abrieron ayer oficialmente en Moscú con una solemne ceremonia celebrada en la catedral de la Epifanía.Desde primera hora de la mañana, a las puertas del templo, se congregó una muchedumbre de fieles de todas las edades, en espera de los altos dignatarios de la Iglesia ortodoxa, entre ellos el patriarca Pimen, de Moscú y todas las Rusias, y el metropolitano Filaret, de Kiev y Bielorrusia.
Dos ausencias eran significativas: la del papa Juan Pablo II, que liga una eventual visita a la URSS al reconocimiento por el régimen soviético de la Iglesia católica de Ucrania, y la del patriarca ecuménico de todas las iglesias ortodoxas, Dimitrios de Constantinopla, que se hizo representar por el metropolitano Crisóstomos de Chipre.
Hubo también representantes de dos delegaciones del Vaticano, una de la Santa Sede y otra del episcopado.
En los últimos tiempos se está librando una especie de ballet de pequeños pasos entre dignatarios religiosos y responsables políticos comprometidos con la perestroika. El canciller VIadimir de Rostov, dijo en su plegaria: "Rogamos para salvar nuestras almas... Los buenos ciudadanos de la tierra pueden ser buenos ciudadanos en el cielo".
