"Por puro milagro no sufrimos una desgracia"
El superpetrolero español Munguía llegó ayer al puerto de Kor Fajan, en los Emiratos Arabes Unidos, para reparar los daños causados por el ataque de dos lanchas iraníes el pasado martes en el golfo Pérsico. El barco deberá esperar hasta mañana, el visto bueno de los agentes de seguros para continuar viaje hacia Indonesia.El primer oficial del superpetrolero de 300.000 toneladas, Jesús María Zárraga, aseguró ayer a EL PAÍS, en conversación telefónica, que los 35 miembros de la tripulación, en su mayoría vascos y gallegos, se encuentran bien. "Todos reaccionaron con tranquilidad, dentro del miedo normal, y lograron apagar el incendio que se desató. La verdad es que sólo por puro milagro no sufrimos una desgracia. Esos proyectiles de 120 milímetros de diámetro no son perdigones y algunos de los 12 impactos que recibimos pasaron a escasos metros de la caldera y del personal de la sala de máquinas".
El oficial arremetió contra los buques de guerra aliados: "Había más de 70 barcos de guerra occidentales y ninguno se aproximó a nosotros despues de que, tras el primer ataque, lanzamos un SOS. Nuestra angustia era la indefensión. No sabíamos si iban a atacarnos de nuevo y nadie venía en nuestro auxilio".
El petrolero Lérida, el otro barco español que se encuentra en el Golfo, se disponía anoche a salir de la zona peligrosa atravesando el estrecho de Ormuz, según informó la Dirección General de Marina Mercante. El segundo oficial de a bordo, el catalán Enrique Mera, explicó a este diario que la travesía de la noche anterior no estuvo marcada por ningún incidente y que la tripulación estaba confiada en que saldría sin inconvenientes del Golfo. "Son riesgos profesionales", dijo resignado.
Un promedio de siete petroleros españoles cruzan el Golfo mensualmente. En breve llegarán allí el Barcelona, de la empresa Marflet, y el Álvaro de Bazán, de Petromed.
