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El XV Festival Internacional de Cine de Moscú, se inicia en un clima de apertura

Pilar Bonet

El XV Festival Internacional de Cine de Moscú, inaugurado ayer en la capital soviética, trata de remontar su decadencia con un programa más restringido y exigente que en el pasado, apoyándose en el mayor clima de apertura reinante en el ámbito cultural soviético.Un total de 27 películas (antes eran 45) concurren este año en el programa central de. largometrajes del festival, representando a otros tantos países, para ser juzga das por un jurado internacional que preside el actor norteamericano Robert de Niro y del que forman parte el actor y bailarín Antonio Gades, que representa a España, así como el director de cine georgiano Tengiz Abuladze (director de Arrepentimiento) y la actriz alemana occidental Hanna Schigulla.

Entre las películas a concurso se encuentran la española La casa de Bernarda Alba; la italiana La entrevista, de Federico Fellini; la norteamericana El jardín de piedra, y la británica 84, Charing Cross Road, así como la argentina La noche del lápiz.

La Unión Soviética se encuentra representada en el festival por la cinta Kurier, de Karen Shajnazarov, donde se abordan los problemas de la juventud soviética, haciendo hincapié en la falta de ideales de un sector de adolescentes acomodados confrontados con una generación de adultos conformista e hipócrita. Los problemas del sexo y el choque del servicio militar en Afganistán son algunos de los temas, mezclados en el filme.

En total, 110 países están representados en el festival contando con las otras dos secciones a concurso, la de cortometrajes y la infantil.

Entre los documentales figura Chernobil, crónica de unas difíciles semanas, del director ucraniano Vladimir Shevchenko, quien rodó en la central siniestrada poco después del accidente y falleció aparentemente a consecuencia de la radiación recibida. Fuera de concurso se muestra en el festival, en representación española, la cinta Declaración general de Chile.

Retrospectiva

Fuera de programa hay una retrospectiva dedicada al director Andrei Tarkovski, el cineasta soviético exiliado que falleció en París a finales de 1986, y a quien se elogia ahora públicamente como si fuera la víctima de una burocracia en vías de superación. Entre las películas incluidas en la retrospectiva están las últimas que Tarkovski realizó ya en Occidente, Nostalgia (1983) y El sacrificio (1986).El festival cuenta este año con un club de discusión para directores de cine dirigido por el crítico cinematográfico de Pravda, Andrei Plajov, y con una selección del cine soviético de los últimos años.

Entre las películas que aquí se muestran hay muchas que permanecían hasta hace poco congeladas por la censura y que ahora son exhibidas libremente en los cines soviéticos y tienen luz verde para ser exportadas.

La autorización de películas censuradas es uno de los elementos de dinamización cultural que separan este festival de su edición anterior, celebrada en 1985, cuyo máximo premio fue ganado por Elem Klimov por su película Vengan y vean. Hoy Klimov es director de la Unión de Cineastas de la URSS, y su nombramiento ha traído consigo toda una serie de cambios en los organismos responsables del cine soviético, incluido el gigantesco Goskino, o Comité Estatal de Cine.

En la edición de este año, el número de premios que imparte el festival se ha reducido.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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