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Polémica en Italia por el sexo recuperado de un Adán de Masaccio

Juan Arias

Un fresco de Masaccio que representa la expulsión de Adán del paraíso terrenal está levantando polémica en Italia, incluso antes de que sea exhibido en público. Hay quien ha ofrecido ya millones por la foto en exclusiva. La obra está depositada en la capilla Brancacci de Florencia.Adán -según algunos con cara de bueno, "como Cristo", y según otros de "empedernido pecador"- tenía hasta ahora su sexo cubierto con una hoja de parra, obra de un censura antigua. Al restaurarlo, los atributos masculinos del discutido Adán de Masaccio han salido a la luz vírgenes, como habían sido concebidos por la mano del artista.

Al parecer, son tan evidentes y tan bien dotados que ya hay quien ha pensado que podrían ser un buen objeto de mercado publicitario, y las ofertas de exclusiva están lloviendo en Florencia. Otros, al revés, se preguntan si es justo que en una capilla pueda aparecer un Adán tan provocador".

Todo ello ha suscitado de nuevo la discusión sobre si el desnudo en el arte sigue siendo o no un tabú. Es lo mismo que se plantea ahora a las autoridades del Vaticano cuando se trata de restaurar el Juicio universal de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina. ¿Permitirá el papa Wojtyla los poderosos desnudos masculinos ideados por el artista, o volverán a ser enfundados bajo los velos púdicos de la censura de sus antecesores?

Los órganos de información

Comentando lo que está pasando en Florencia, el escritor Giovanni Testori, dramaturgo y experto en arte, ha escrito que "la verdadera hoja de parra de los tiempos modernos son los órganos de información, que truecan, deforman y ocultan la verdad a veces de forma obscena". Y añade: "Lo escandaloso no es el pene del Masaccio que vuelve a la luz, sino el modo como se ha presentado la noticia".En el debate ha entrado también el teólogo y diputado europeo socialista Gianni Baget Bozzo, quien recuerda que la condena, del desnudo en la Iglesia nace de san Agustín, que defendía que el pecado original se transmite con el acto de la procreación. Por lo tanto, los órganos de la reproducción debían ocultarse, el desnudo era pecado.

Recuerda el teólogo socialista que sólo durante el Renacimiento existió un paréntesis, permitiéndose el desnudo en la Iglesia, y subraya que uno de los pocos ejemplos de un desnudo masculino en evidencia es el del Adán de Masaccio, pero que, en seguida, con la Contrarreforma, se volvió a san Agustín.

Baget Bozzo piensa que el tabú del desnudo en la Iglesia seguirá en pie aún por mucho tiempo. "De hecho" dice, "no existen crucifijos desnudos en las iglesias". La explicación es que a pesar de que la Iglesia no niega que Jesús fue un verdadero hombre, atribuirle un sexo, y visible, sería como disminuir su divinidad. Y concluye en una entrevista al semañario Panorama diciendo: "Nadie acepta ya la idea agustiniana del pecado original, pero tengo la impresión de que el pene de Cristo seguirá siendo para la Iglesia un tabú insuperable".

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