_
_
_
_
TRAS LA 'CUMBRE' DE REIKIAVIK

El Congreso pide respeto al SALT II

La Comisión de Conciliación del Senado y de la Cámara de Representantes acordó en la madrugada de ayer un proyecto de presupuesto de defensa de Estados Unidos para el año fiscal 1987, que comenzó el 1 de octubre, de 291.000 millones de dólares (unos 38 billones de pesetas), es decir, 28.500 millones menos de lo solicitado por el presidente, Ronald Reagan, y el menor incremento en sus seis años de mandato. La comisión recorta lo que pedía Reagan para su programa de guerra de las galaxias, y estima en el texto adoptado que el respeto de los límites fijados con la URSS por el tratado SALT II de 1979, nunca ratificado por el Congreso, va en interés de EE UU.

Más información
EE UU tratará de recuperar en Ginebra el acuerdo sobre euromisiles
Thatcher descarta ir a Washington para discutir sobre la reunión de Islandia

La comisión debía ayer completar los detalles formales sobre la partida destinada en 1987 al programa SDI (Iniciativa de Defensa Estratégica), aunque había llegado al compromiso de una dotación de 3.500 millones de dólares, un recorte de 1.800 millones sobre los 5.300 millones que solicitaba Reagan. Los miembros de la comisión llegaron incluso a hablar el martes de recortar aún más, esta partida tras el fracaso de la cumbre de Reikiavik.El recorte en el programa de la SDI acompaña a una toma de postura de ambas cámaras a favor del respeto del tratado SALT II. Tras Reíkiavik, indicaron diversos medios del Congreso, van a aumentar las presiones de los legisladores norteamericanos sobre la Casa Blanca para llegar a acuerdos de control de armamentos con la URSS.Ahora que Reagan se ha negado a negociar la SDI, disminuirá el apoyo a largo plazo de los legisladores a este programa. "Si se piensa [en la SDI] como un comodín negociador, el programa se puede considerar desde un punto de vista muy diferente que si es un sistema desplegable que cuesta un billón de dólares", dijo el republícano Edward J. Markey. Sin embargo, otros republicanos y expertos en control de armamentos han escrito a Reagan para pedirle que haga operativa cuanto antes la SDI.

El compromiso entre el Senado y la Cámara, que debe aún pasar por una votación definitiva del Congreso, prevé también dinero para la construcción de 12 gigantescos misiles intercontinentales MX, misiles balísticos intercontinentales móviles (Mídgetman) y nuevas armas químicas. Reagan amenazó con vetar el anterior proyecto de presupuesto, pero ante las nuevas cifras, algo más altas de las propuestas por la Cámara, la Casa Blanca no quiso ayer pronunciarse. Este proyecto de presupuesto supone un aumento de 4.000 millones de dólares respecto al año anterior, es decir, el menor incremento logrado en la presidencia de Reagan y 5.000 millones menos que en 1985. La razón hay que encontrarla en los esfuerzos del Congreso por reducir el déficit público.

Científicos contra la SDI

Por otra parte, unos 7.000 científicos norteamericanos -entre ellos 15 premios Nobel- de 110 centros de investigacíon han decidido expresar su "fuerte oposición" a la SDI y han prometido rechazar los fondos que les lleguen para este programa.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"Tras el terrible fracaso que acabamos de registrar en Reikiavik, vamos a poder ampliar nuestros esfuerzos, para extender la idea de que la SDI es una cosa mala", declaró al periódico The Washington Post John Kogut, profesor de física de la Universidad de Illinois.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_