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Especiales medidas de seguridad en los aeropuertos tras las amenazas libias

Las medidas de control en los aeropuertos europeos se han reforzado espectacularmente desde el incidente de la pasada semana entre unidades de la VI Flota norteamericana y del Ejército libio en el golfo de Sirte. Tras ese enfrentamiento, el máximo dirigente libio, Muammar el Gaddafi, anunció represalias contra instalaciones norteamericanas en Europa. Medios informativos libios advirtieron el domingo del "comienzo de las operaciones de represalia contra intereses norteamericanos en todo el mundo".

La agencia de noticias Ansa informó el martes que el aeropuerto Leonardo da Vinci, de Roma, estaba en estado de alerta desde que el régimen de Trípoli hizo públicas las amenazas. Este aeropuerto fue escenario el pasado mes de diciembre de un ataque terrorista en el que murieron 14 personas. Después de ese atentado -un comando terrorista disparó contra las personas que facturaban sus equipajes en el mostrador de la compaftía israelí El Al-, el Gobierno italiano impuso medidas especiales en los aeropuertos, entre las cuales se incluía la obligación de que todas las personas que entrasen al edificio de un aeropuerto tuvieran que pasar antes por un detector de metales. Un atentado de idéntica factura al de Roma se produjo el 27 de diciembre pasado en el aeropuerto de Viena. Murieron tres personas.

Identificar equipajes

Las medidas de seguridad en el edificio del aeropuerto de Roma eran ostensibles estos días. Los pasajeros de un vuelo de Iberia que salió ayer de la capital italiana con destino a Madrid fueron obligados a identificar su equipaje antes de proceder a su control con un detector de metales.También el vuelo de la TWA de ayer a El Cairo fue sometido, según fuentes del aeropuerto Leonardo da Vinci, a una estricta vigilancia por la policía y el personal de seguridad de la compañía. Este control, según las mismas fuentes, no encontró nada anormal.

El diario norteamericano The New York Times publicaba ayer una información en la que recogía el temor existente entre los turistas norteamericanos a viajar a Europa -principalmente, a Grecia, Italia, Francia y el Reino Unido-, así como a Egipto e Israel.

El incidente más importante en el que se ha visto implicada la TWA ocurrió el pasado mes de junio, cuando fundamentalistas islámicos secuestraron un avión, también un Boeing 727, y lo obligaron a aterrizar en Beirut, donde mantuvieron como rehenes a más de una docena de pasajeros de nacionalidad norteamericana. Los secuestradores mataron a un infante de marina de Estados Unidos que se encontraba entre el pasaje. El pasado mes de febrero, grupos palestinos radicales advirtieron a los turistas que no viajaran en aviones de compañías norteamericanas porque éstos podrían ser atacados en cualquier momento. El 23 de junio del pasado año, un Boeing 747 de la compañía Air India, con 329 personas a bordo, cayó al mar cerca de las costas de Irlanda tras la explosión de dos bombas en la bodega del aparato.

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