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Pugna París-Londres por convertirse en el mayor exportador europeo de armas

Soledad Gallego-Díaz

Francia y el Reino Unido se han enzarzado en una dura batalla por hacerse con la hegemonía en el mercado europeo de exportación de armas. El primer enfrentamiento ha terminado con la victoria de Londres: el Gobierno de Arabia Saudí ha anunciado que comprará 48 aviones Tornado (fabricados por británicos, alemanes occidentales e italianos) en detrimento de su más directo competidor, el Mirage 2000, fabricado por Francia.El segundo episodio se conocerá dentro de unos días. Se trata de vender al Ejército norteamericano un nuevo sistema de transmisiones (teléfonos de campaña) que equipará a 25 divisiones estadounidenses y que está valorado en más de 4.000 millones de dólares (unos 680.000 millones de pesetas).

Los franceses ofrecen RITA (Red Integrada de Transmisiones Automáticas), y los británicos, el Ptarmigan. La victoria de Londres en el contrato saudí ha sido acogida en París con amargura y preocupación. El fabricante del Mirage, Marcel Dassault, mantenía que el Tornado era incapaz de competir con sus aviones en los mercados internacionales. Hasta ahora, el Reino Unido sólo había sido capaz de vender algunos aparatos a Omán, mientras que Dassault exporta regularmente los suyos a varios países de Oriente Próximo.

La mala acogida internacional del Tornado llevó a París, entre otros argumentos, a mantenerse al margen del nuevo Avión de Combate Europeo (ACE), que va a ser diseñado por británicos y alemanes con la participación de Italia y España. El contrato saudí ha cambiado radicalmente el panorama. Los Mirage y el Rafale (la respuesta francesa al ACE) tendrán que competir en el futuro no sólo con los aparatos norteamericanos, sino también con los británicos.

"Margaret Thatcher está llevando a cabo una política de exportación de armas muy agresiva, mientras que las autoridades francesas parecen dormirse en los laureles", se queja un portavoz de los industriales galos. La primera ministra británica visitó personalmente Riad y acaba de dirigir una carta al presidente Ronald Reagan presionando para que compre el Ptarmigan y no el RITA.

Presiones políticas

"Nuestro sistema", aseguran en la empresa nacional francesa Thomson, "equipa al Ejército francés y al belga y se ajusta perfectamente a las necesidades del Ejército norteamericano". Según dichos portavoces, el secretario de Defensa estadounidense, Caspar Weinberger, se mostró muy satisfecho del funcionamiento del RITA cuando visitó recientemente Francia; "pero si entran en juego presiones estrictamente políticas, entonces ya no estamos tan bien situados".

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"La exportación de armas", explican los industriales, "es uno de los elementos que más ayudan a equilibrar nuestra balanza comercial". En 1984, Francia batió todos los récords: vendió armas por valor de 50.000 millones de francos, casi 20.000 millones más que el año anterior.

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