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Descubiertos en Birmania fragmentos de la mandíbula de un primate con 40 millones de años de antigüedad

Varios fragmentos de la mandíbula de un primate encontrados en Birmania pueden ser un eslabón importante en la cadena, evolutiva que condujo al hombre, según investigaciones de un grupo de científicos publicadas en una revista especializada de Estados Unidos. Los restos descubiertos se estima que tienen entre 40 millones y 44 millones de años de antigüedad.Los científicos aseguran que los huesos representan a la más antígua especie hasta ahora descubierta de los grandes primates, grupo conocido como antropoides, una familia que dio lugar a los monos, simios y humanos. Estos investigadores estiman que los fósiles de Birmania, que anteceden a otros restos de antropoides al menos en cinco millones de años, cubren el hueco entre la aparición de los grandes primates, y el anterior grupo, menos evolucionado, conocido como prosimios. "Los restos tienen rasgos de ambos grupos", señaló Russell L. Ciochon, uno de los autores de la información publicada.

El hallazgo sirve también, según el grupo de científicos, para reafirmar la teoría de que el nacimiento de los grandes prímates pudo haber ocurrido en el sur de Asia, en vez de en África, como normalmente se cree. Desde este punto de vista, que otros especialistas discuten, los antropoides pudieron haber atravesado un estrecho mar pantanoso camino de África, donde sus descendientes evolucionaron más tarde hasta convertirse en monos, simios y por fin humanos.

Otros científicos han señalado la dificultad de determinar, sobre la base de las piezas de una mandíbula, si realmente estos restos son un. eslabón en la cadena evolutiva o simplemente pertenecen a una rama de un grupo de antropoides que luego pereció.

Un metro de altura

Basándose en el tamaño de la mandíbula y de los dientes, Ciochon ha hecho varias conjeturas en una entrevista. Este científico cree que el animal medía casi un metro y que su peso era de unos 15 kilogramos, que vivía en los árboles y comía fruta, y que no existe actualmente ningún animal vivo que pudiera parecérsele.Distintos paleontólogos han recibido con satisfacción la noticia de este descubrimiento, aunque señalan la dificultad de demostrar la tesis planteada. Para David Pilbeam, antropólogo de la universidad de Harvard, el descubrimiento es "un rayo de luz entre las tinieblas", en el sentido de que casi nada es conocido sobre cuándo y dónde se produjo la primera evolución de los antropoides, un desarrollo que los científicos sitúan hace 40 millones o 60 millones de años.

En distintas entrevistas, varios expertos señalaron que, aunque no han podido estudiar las pruebas, la afirmación de que el fósil birmano es un antropoide puede ser cierta y convincente si se aportan más datos. De todas formas, llamaron la atención sobre la imposibilidad de determinar si los restos pertenecían a un antepasado directo del hombre o a una rama periférica de la familia humana.

Especie representativa

Ciochon reconoce que su grupo no puede asegurar que la especie a la que pertenecen los restos sea antepasada del hombre, "pero esta especie", asegura, "es representativa de un grupo ancestral con la cual las especies posteriores guardan alguna relación".El nuevo estudio, escrito por Ciochon, con la colaboración de Donald E. Savage, de la universidad californiana de Berkeley, y de dos científicos birmanos, aporta evidencias bastante convincentes a una teoría que ha sido debatida durante décadas. En los años veinte, Barnum Brown, del Museo de Historia Natural de América, descubrió un fragmento de una mandíbula en las montañas del centro de Birmania perteneciente a una familia que más tarde fue denomínada amphipithecus y que pudo haber sido de antropoides. Otros restos encontrados en este lugar confirmaron la teoría.

Pero los fósiles eran tan fragmentarios que la tesis no córivenció a los escépticos, por lo que se estableció un debate que ha durado décadas. En 1975, científicos de Birmania, en colaboración con Ciochon y Savage, volvieron a los lugares en los que Brown trabajó y descubrieron nuevos restos que, tras ser comparados con los antiguos, les llevaron a las conclusiones presentadas en Estados Unidos recientemente.

Según las teorías de varios científicos, como Elwyn L. Simmons, la especie más temprana que puede considerarse en la línea directa de la evolución que condujo al hombre es un antropoide conocido como egiptopithecus, según se desprende del análisis de unos restos que él descubrió en Egipto y cuya edad se cree que ronda los 33 millones de años.

En estos restos se encuentran muchos de los rasgos que luego marcaron la línea que condujo a los primeros homínidos, evolucionados, según se cree, en el este de África hace entre cinco millones a nueve millones de años.

Con los datos del equipo de Ciochon, los científicos se encuentran actualmente en el dilema de descubrir si la especie de Asia era posterior o anterior y si estaba más evolucionada que la descubierta en Egipto.

Para Pilbeam, el citado profesor de la universidad de Harvard, "el intento de trazar la evolución de los animales hace millones de años es difícil, es como encontrarse en un hangar oscuro con una sola luz de flash. Se trata de encontrar una pequeña luz en la oscuridad".

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