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La enfermedad del presidente de EE UU

El optimismo oficial coexiste Washington con la incertidumbre sobre la evolución de la salud de Reagan

Francisco G. Basterra

El estado de ánimo de Ronald Reagan es "excelente", y la consigna de la Casa Blanca es pensar en el futuro, y no en el pasado. A pesar del optimismo oficial, un sentimiento de incertidumbre sobre el futuro personal y la presidencia de Reagan se observa en Washington 24 horas después de que se anunciara que el presidente de Estados Unidos tiene cáncer, aunque posiblemente esté curado y tenga una "excelente probabilidad", superior al 50%, de acabar con normalidad su mandato y de que el tumor no se reproduzca.

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Los políticos que rodean al presidente confían en que es un hombre de suerte y en que su naturaleza optimista y sus ganas de vivir triunfen sobre la enfermedad. Oficialmente, el portavoz presidencial sigue insistiendo en que el presidente, en unos 10 días, reasumirá sus funciones "sin restricciones". Pero, para algunos observadores, la Casa Blanca y los médicos han creado demasiadas expectativas de una rápida recuperación del presidente, que incluso serán difíciles de cumplir para un hombre vigoroso, pero que tiene 74 años y ha sufrido en el curso de cuatro años dos importantes operaciones."No veo ningún cambio importante en su actitud después de lo ocurrido. Siendo un optimista está completamente convencido de que no le pasará nada", declaró Mike Deaver, ex consejero de Reagan e íntimo de la familia. "Lo más importante para el presidente es que regrese lo antes posible a su puesto y que los americanos vean que está funcionando como antes", explicó ayer un funcionario de la Casa Blanca.

"No es probable que quede incapacitado en el curso de los próximos tres años", afirmó el doctor Donald O'Kieffe, un gastroenterólogo de Washington. Reagan, que ayer continuó su recuperación sin problemas, andando a ratos, leyendo periódicos y viendo la televisión en su habitación del Hospital Naval de Bethesda, a las afueras de Washington, dejará la presidencia, si todo va bien, en enero de 1989. "La mayoría de los pacientes en la situación del presidente sobreviría cinco años y más", aseguró el doctor Steven Rosenberg, uno de los cinco cirujanos que el pasado sábado extirparon al presidente un adenoma velloso maligno de cinco centímetros de diámetro y 60 centímetros de intestino grueso.

Esta última afirmación, y la evidencia obtenida después de los exámenes microscópicos de que el tumor no había invadido otras zonas del cuerpo, son la base del prudente optimismo que hace pensar a los asesores de Reagan que éste, después de un período de convalecencia de unas ocho semanas, volverá a desempeñar el cargo con el mismo vigor con que- lo hacía hasta ahora.

Para poyar este optimismo se destaca la sorprendente recuperación que tuvo cuando en 1981 sufrió un atentado y una operación importante para desalojarle una bala del pecho. En aquella ocasión, la simpatía del país se volcó en el presidente, y éste supo rentabilizarla políticamente consiguiendo que el Congreso aprobara la legislación más importante en materia fiscal y presupuestaria.

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Prudencia en la Prensa

La primera reacción de la Prensa y de la opinión pública ha sido positiva, destacando los aspectos optimistas del caso y sin poner excesivo énfasis en las posibilidades de reaparición de la enfermedad "Ronald Reagan ha superado la adversidad y ha prevalecido sobre oportunidades de un 50% desde siempre. Para un hombre es un récord distinguido, y esperarnos que en este caso no sea diferente", afirmaba ayer en su editorial The New York Times.

Escribía este mismo periódico que "existe luz dentro de las sombras", y afirmaba que Reagan "estará bien recuperado para mantener su cita en noviembre con el líder soviético, Mijail Gorbachov. "Su gusto por la vida y por el cargo es", según el diario, "el mejor signo posible de que el presidente cumplirá ambos con éxito".

Este optimismo no es compartido por todos. Expertos médicos reconocen que el presidente tiene más de un 50%. de probabilidades de estar curado (incluso hasta un 75%), pero la penetración del cáncer en la pared muscular del colon es una seria complicación que provoca preocupación sobre el futuro de su salud. "El informe de los médicos no es tan positivo", dijo ayer un cirujano de los institutos nacionales de salud familiar, citado por The Washington Post. "Hay un 50% de posibilidades de que el presidente vaya bien, pero también un 50% de que las cosas se tuerzan".

Un 80% de las reproducciones de este tipo de cáncer aparece en el período de tres años después de la extirpación, según el doctor Paul Sugarbaker, jefe de cirugía de colon y recto del Instituto Nacional del Cáncer. Esto significa que el cáncer se podría volver a presentar antes de que Reagan abandone la Casa Blanca. Lo más negativo desde un punto de vista médico es que el tumor, clasificado como del tipo Dukes B, de agresividad intermedia, había roto la barrera que separa la pared interior del intestino de la segunda capa, que contiene músculos, tejido conectivo, vasos sanguíneos y canales linfáticos, aunque no había invadido la pared exterior.

"Claramente habían comenzado algunas fases de invasión", explicó ayer un experto. En los próximos seis meses, el. presidente deberá someterse a una colonoscopia y, posteriormente, a escáneres periódicos y pruebas de rayos X de la cavidad abdominal, del hígado y de los pulmones, y análisis de sangre cada dos meses. Si, tuviera 40 años, sería sometido a quimioterapia o radiación, pero a su edad no se considera efectivo un tratamiento de este tipo, que tiene además efectos debilitadores.

La Casa Blanca quiso ayer despejar cualquier sensación de provisionalidad en el poder y dio por concluidas las conferencias de prensa diarias en el hospital, que se han trasladado a la mansión presidencial.

El jefe del Gabinete del presidente, Donald Regan, lleva las operaciones día a día, tomando decisiones con su equipo sin necesidad de abrumar al presidente con los detalles. Sin embargo, no se ha producido ninguna transferencia de autoridad para las decisiones claves, que, si es necesario, continuará tomando Reagan, que está recibiendo en el hospital dos breves informes diarios sobre política exterior e interior.

El jefe del Gabinete tiene autoridad delegada para llegar a un acuerdo con el Congreso sobre el déficit presupuestario. Su objetivo más inmediato es buscar un sustituto para el dimitido director de la Oficina de Administración y Presupuesto, David Stockman.

Actividades de Bush

El vicepresidente George Bush presidirá esta semana una reunión del Consejo Nacional de Seguridad y asistirá hoy a un desayuno, y mañana, jueves, a un almuerzo con los líderes del Congreso para lograr la acción que exigió para esta semana el presidente sobre el presupuesto nada más despertarse de: la anestesia. Bush también está recibiendo las visitas que tenía en su agenda el presidente.

La próxima semana, el presidente chino, Li Xiannian, visitará oficialmente Estados Unidos, y durante el verano estaban previstas las visitas, que no se han cancelado de momento, de Margaret Thatcher; el canciller de la RFA, Helmut Kohl, y el primer ministro canadiense, Brian Mulroney. Nancy Reagan está sustituyendo a su marido en actos protocolarios y sociales con gran entereza.

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