Gúnter Grass: "La actitud escéptica permite al intelectual un trabajo político continuado"
El escritor alemán Günter Grass considera que el intelectual debe adoptar la posición de un Sísifo escéptico para poder realizar un trabajo político continuado. Rechaza el idealismo alemán como "una fuerza motora que no conduce a nada, porque permite grandes entusiasmos, pero después sigue la reacción y no queda nada del hermoso idealismo", según declaró ayer a este periódico, tras una conferencia de prensa, en el marco de los actos de la Semana del Libro Alemán, que concluirá el próximo viernes en Madrid.
Alemania perdió en los años cincuenta la oportunidad histórica de lograr su reunificación debido en gran medida, según Grass, a la política seguida por el separatista renano Konrad Adenauer y el estalinista sajón Walter Ullbricht. "Se ha perdido esa oportunidad y han surgido dos Estados alemanes. Actualmente, entre nuestros vecinos, ni los del Este ni los del Oeste desean cambiar esto y llegar a una reunificación. Esto no excluye que pueda darse una aproximación en el campo cultural".El escritor, nacido en la ciudad polaca de Gdarisk cuando se llamaba Danzig, que es el escenario de, su novela El tambor de hojalata, piensa continuar en su próxíma novela, que se titula Die Ráttin (cuya traducción al español podría ser La ratesa), la vida de Óscar, el personaje que se negó a crecer a partir de los tres años. Günter Grass, sobre su futura novela, dijo que se publicará la próxima primavera, pero, "aparecerá un Oscar de 60 años, completamente diferente". Ésto significa que el óscar sexagenario, nacido en 1924, vive y actúa en la década actual.
Grass criticó ayer, en una conferencia de prensa, la arrogancia intelectual con que se habló de Europa el día de la inauguración de la Semana del Libro Alemán de Madrid, porque "cuando hablaban de Europa sólo se referían a Europa occidental y olvidaban que Varsovia y Praga también pertenecen a Europa".
Habló el escritor de la dificultad que supone para la generación joven en las dos Alemanias afirmar su identidad nacional, si se tiene en cuenta los crímenes del nazismo, de los que los jóvenes no son culpables. Para Grass el concepto de nación en la cultura alemana ha estado muy politizado desde los tiempos de Bismarck, y esta politización "no le sentó bien", pero considera que ha sido un fracaso de la izquierda alemana que el concepto de nación haya sido patrimonio de la erecha. Grass desearía que se abriese un debate para recuperar el concepto de nación cultural lemana, porque es en el ámbito de la cultura donde se ha conser vado más fuertemente el concepto nacional entre los dos Estados alemanes actualmente existentes, la RFA y la República Democrátíca Alemana (RDA). Este debate preconizado por el escritor se podría concretar en una forma similar a la discusión histórica mantenida en el siglo XIX en la Paulskirche, en Francfort, donde se reunió el primer Parla mento alemán.
Conservar la inspiración
A la pregunta de si se consideraba como un candidato al Premio Nobel, Grass respondió que no sabía nada de eso, y a la hora de sugerir nombres mencionó el de la novelista Christa Wolff, de la RDA. Christa Wolff no ha podido estar presente en la semana de Madrid porque las autoridades de su país no consideraron oportuna su presencia en una feria del libro cerftrada sobre el concepto alemán en su totalidad. La escritora fue invitada por la Dirección General del Libro de España, pero las autoridades de Berlín Este consideraron inopor" tuna su presencia en la Semana del Libro Alemán de Madrid sin que haya un convenio cultural entre España y la RDA.
Sobre su estilo de trabajo, Grass explicó que cuando se tarda cinco años en realizar una novela es necesario conseguir un método que permita conservar durante todo ese tiempo la inspiración necesaria. Se refirió el escritor a sus frecuentes viajes y sus huidas en busca de inspiración, pero sobre todo mencionó a Berlín, "una ciudad enferma, vital y nerviosa, en la que se refleja de la forma más palpable la división de Europa".
