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Muerte del creador del 'arte bruto'

Jean Dubuffet, considerado como uno de los genios del arte de la posguerra, fallece en París a los 83 años

Soledad Gallego-Díaz

Jean Dubuffet, pintor, escultor, arquitecto, provocador y padre del arte bruto, murió el pasado domingo, a los 83 años, en su domicilio de París, a consecuencia de una crisis cardiaca. La noticia no se supo hasta ayer, miércoles. Más conocido en Estados Unidos que en Francia, Dubuffet estaba considerado como uno de los genios del arte de la posguerra, un hombre disconforme que imprimió una nueva orientación a las artes plásticas. "Ahora que ha muerto", escribía ayer la crítica Geneviève Breerette, "tal vez seremos capaces de ver las cosas más claras y de valorar como merece su aportación al arte y su obra, una obra viva, rica, joven y sabia".Dubuffet, hijo de un comerciante de vinos, nació en el puerto de El Havre el 31 de julio de 1901, y aunque estudió pintura en su juventud, prefirió dedicarse a la tradición familiar hasta pasados los 40 años. Su primera exposición se celebró en París en 1944 y constituyó un escándalo. Su neoexpresionismo feroz, sus personajes radicalmente feos, chocaron al público y a los críticos franceses.

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El pintor aceptó la polémica en términos agresivos y publicó un ensayo sobre su propia obra titulado Prospectus aux amateurs de tous les genres. Después se trasladó a vivir al Sáhara, de donde volvió en 1947 para presentar sus cuadros en Nueva York. El éxito fue entonces inmediato. El mundo culto norteamericano le aceptó con todos los honores.

Jean Dubuffet calificaba su trabajo de innombrable. La fría acogida inicial de la crítica europea se suavizó cuando Pablo Picasso realizó su primer elogio público: "Dubuffet hace pintura con cualquier cosa, y lo más asombroso es que es auténtica pintura". A partir de entonces, el artista comenzó a ser reconocido como un genio, y poco a poco todos los grandes museos y galerías del mundo buscaron sus cuadros.

"Dubuffet era un hombre enérgico, entusiasta, más amigo de los escritores que de los pintores y que amaba más a los autodidactas y a los marginados que a los consagrados", explica uno de sus marchantes norteamericanos.

Creación espontánea

Su primera retrospectiva parisiense se celebró en 1960 en el Museo de Artes Decorativas. Poco después comenzó uno de sus ciclos más famosos, L'hourloupe, que le convertiría en el pionero del arte bruto, un mundo plástico en el que prevalece la creación espontánea y en el que se valora el dibujo de un niño, de un enfermo mental o de un pintor naïf.Su obra fue haciéndose cada vez más recargada, desconcertante y caótica, al tiempo que aumentaba su fama y su cotización en todos los mercados internacionales. Londres, Nueva York y Amsterdam le dedicaron entonces exposiciones antológicas.

Jean Dubuffet compaginó siempre su creación artística con la escritura (manifiestos, panfletos, ensayos), intentando siempre explicar su obra y defender un tipo de pintura espontánea, muy alejada de los gustos de sus contemporáneos. En los últimos años, su atención creativa fue desparramándose en el teatro, la pintura y la escultura.

En 1984, Dubuffet recibió el homenaje de la Bienal de Venecia: tenía ya 82 años, pero aún era capaz de pintar y de imprimir nuevos giros a su obra. En aquella ocasión presentó un nuevo ciclo, denominado Mires, en el que predominaban los colores vivos, muchos años ausentes de su paleta.

Donación a Lausana

"Jean Dubuffet", escribe Breerette, "fue un hombre polémico, exigente, famoso por sus cambios de humor, que no hizo nunca nada por gustar o seducir". Un artista honesto, según el ministro de Cultura francés, Jack Lang, que siempre mereció el reconocimiento de Francia.Jean Dubuffet ofreció toda su colección de arte bruto a la ciudad suiza de Lausana, ya que Francia había rehusado recogerla en su patrimonio nacional, informa France Presse. El pintor, en efecto, comenzó a reunir desde 1945 numerosas obras de arte bruto, como los dibujos de Aloise, descubiertos en Lausana, y los de Adolf Woelfli, en Berna. En 1967, con ocasión de la exposición en el Museo de Artes Decorativas de París, Dubuffet manifestó el deseo de que su colección fuera reconocida como parte del patrimonio nacional francés. Sin embargo, la oferta del artista no fue aceptada.

En 1972 el artista ofreció toda su colección, integrada por alrededor de 5.500 obras, al Ayuntamiento de Lausana, con la condición de crear con ella un museo especializado para el arte bruto. Inaugurado en el mes de febrero de 1976, el museo pasa por ser uno de los más bellos, y más visitados de Europa. Contiene cerca de 10.000 obras. "El arte bruto era un poco invención de Dubuffet", dijo de él un responsable del museo. "Él quería demostrar que no era necesario seguir escuelas para llegar a hacer arte".

El artista se ocupó personalmente del Museo de Arte Bruto de Lausana hasta los últimos días de su vida.

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