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"La pintura me ha servido para salir de los esquemas y ensanchar mi forma de pensar", afirma Dario Fo"

El dramaturgo italiano Dario Fo se presentó ayer, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, a través de una faceta distinta: la de pintor. El V Festival Internacional de Teatro ha invitado este año al autor y actor teatral como protagonista de un homenaje a la intensa labor de estos últimos 30 años y con el propósito de mostrar a un artista que hace los diseños de vestuarios y escenografías, así como bocetos en los que se basan las ideas que desarrolla en su teatro. Dario Fo afirma haber encontrado a través de la pintura una salida de los esquemas mecánicos y una forma de ensanchar el pensamiento.

La exposición de Dario Fo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid se titula El teatro en el ojo y fue organizada el año pasado por la ciudad de Riccione (Italia), donde se le había otorgado el premio de este mismo nombre. "Cuando esta muestra se presentaba en la ciudad, la gente acudía a la exposición disfrazada con sus vestidos y máscaras. Ellos comentaban que frente a estos bocetos y pinturas, frente a estos trabajos preparatorios, se podía entender mejor a Dario Fo. No se sorprendían sólo de esto, sino de la enorme cantidad de trabajo preparatorio que existía detrás de cada espectáculo", comenta Dario Fo.

El teatro como juego

Pregunta. ¿Cómo se dio la evolución del estudiante de arquitectura y el pintor al hombre de teatro?Respuesta. Cuando yo era joven no pensaba hacer teatro. Lo hacía como diversión, como juego, con amigos y compañeros de escuela. Sobre todo, me divertía contando historias, como fabulador. Cuando estaba en el último año de arquitectura y terminaba además el último año en la academia de pintura de Brera fui enviado a París, al taller de Leger, de quien mi maestro era amigo. Fuimos a ayudarle a pintar un gran mural al fresco de 25 metros. La primera exposición de la posguerra de París.

Mientras estuve allí tenía mucho tiempo libre, e iba al teatro. Cuando volví a Italia, ya tenía el morbo del teatro y había perdido el morbo del pintor. Pero, cuando decidí hacer teatro realmente, conservé esta necesidad de analizar las cosas no tanto a través de la escritura, sino a través del color, la forma. Cuando tengo dudas o entro en crisis, no escribo, sino que empiezo a pintar. En los últimos meses he escrito tres comedias.

P. ¿Cuál sería el papel de la palabra en la evolución de la idea a la obra teatral?

R. Hay ciertos momentos en que la idea de la palabra está ligada a la accón, y hay ciertos momentos en que la palabra supera a la acción, se vuelve autónoma e indica el vestuario, la escenografía, todo aquello que puede ser el desarrollo máximo del espectáculo. Obviamente, como no hay una clasificación estandarizada en el teatro, hay momentos en los que el tiempo y la acción son elementos preponderantes, y otros en los que la palabra desaparece para dejar lugar a los ritmos, a los sonidos y a los objetos, al color, a la luz.

Estos cuadros hay que verlos en el contexto de todo el teatro. Estas obras no están pensadas como un cuadro en sí, sino como un apoyo, un soporte en el trabajo teatral. Pueden ser autónomas, naturalmente, pero creo que pensando en su función se aprecian mucho más. Se incluyen en esta muestra también algunas obras que no tienen que ver con el teatro, algunos paisajes e ilustraciones para cuentos.

Renacimiento y Picasso

P. En una entrevista reciente mencionó que la época de la pintura que prefería era el Renacimiento. Su forma de abordar el trabajo de creación como pintor, diseñador, escenografía y músico de sus propias obras parece encuadrarse en ese espíritu.R. El Renacimiento es el siglo de los talleres de artistas y artesanos. Donde aprendieron Leonardo, Miguel Ángel y Donatello vivían todos en una gran colectividad. Los, hombres del Renacimiento viven en una. especie de simbiosis, ocupados en un hecho concreto y, en relación estrecha unos con otros; es menos individualista de lo que la gente cree. Fue el iluminismo el que inventó el mito del hombre del Renacimiento como un ser individualista. Lo mismo sucedió en el tiempo de Picasso, que no hubiera sido quien fue de no haberse encontrado con todos los personajes extraordinarios que conoció. Yo he tenido la fortuna de nacer en una ciudad como Milán y en una época en que gente de teatro, de cine, de pintura, poetas y músicos, se reunían. Tengo muchos más amigos artistas de otras disciplinas que de teatro.

Esto lo digo para desviar una idea equivocada que suele existir: el hecho de probarse a uno mismo en terrenos diferentes, como música o pintura, sirve para salirse de los esquemas mecánicos, para ensanchar tu propio modo de pensar y de ser.

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