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Un peligroso asesino desvió a Cuba un avión estadounidense

El primer delito de piratería aérea de 1985, sufrido por un avión estadounidense desviado a Cuba por un peligroso asesino, terminó en la madrugada de ayer con un final feliz. El suceso afectó a un DC-10 de la American Airlines, que volaba la última noche del año con 183 pasajeros a bordo y 12 tripulantes.

El aparato, procedente de Saint Croix, en las islas Vírgenes, se dirigía hacia Nueva York cuando fue desviado por un preso que, custodiado por tres policías, viajaba en el avión. Al parecer, el delincuente luchó contra sus guardianes y consiguió hacerse con la pistola de uno de ellos antes de obligar al piloto a que pusiera rumbo al aeropuerto José Martí de La Habana. El pirata es un hombre de raza negra llamado Ismael Alí Labeet, de 37 años, condenado a cadena perpetua en 1972 por el asesinato de ocho personas, siete de ellas de raza blanca.

Los pasajeros y tripulantes, todos ilesos, fueron atendidos en el aeropuerto cubano, mientras el avión repostaba.

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