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Trueba estrena 'Sal gorda', una comedia de enredo "para que la gente se divierta"

El director y guionista cinematográfico Fernando Trueba (Madrid, 1955) estrena hoy, lunes, en el cine Palafox, de Madrid, su tercer largometraje, Sal gorda. El autor de Ópera prima (1980) y Mientras el cuerpo aguante (1982) intenta en esta comedia de enredo "que la gente se divierta". Sal gorda ha tenido un presupuesto de 70 millones de pesetas y está protagonizada por Óscar Ladoire, Silvia Munt, Francisco Rabal y Antonio Resines.

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Divertido delirio

El estreno de Sal gorda, coincide en la cartelera con un aluvión de películas españolas realizadas en los últimos meses -Epílogo, La conquista de Albania, Truhanes, La línea del cielo, El caso Almería, Las bicicletas son para el verano, Vestida de azul-, algunas de ellas presentadas en el pasado festival de San Sebastián.Sobre la situación de Sal gorda en este contexto de películas españolas, Fernando Trueba dice que los contextos se los ponen a las películas una vez hechas. "Cuando trabajo no sé qué pueden estar haciendo los demás, ni me preocupa, como tampoco a ellos les preocupa otra cosa que lo que hacen. Luego, una serie de películas coinciden en fechas de estreno y a unas se las cuelga una etiqueta y a otras otra. Yo creo que lo bueno del cine español es que está ofreciendo películas totalmente diferentes en cuanto a temas, estilos, etcétera. Esto me parece lo más sano. No hay escuelas, no hay movimientos".

Con Sal gorda, Trueba intenta "que la gente se divierta". "Esto ya me parece suficientemente pretencioso como para encima sobrecargar la película con otro tipo de mensajes o consignas. Como dijo no sé quién: 'Cuando tengo un mensaje que enviar, pongo un telegrama'. Sal gorda es una película de género, incluso un vodevil, una comedia de enredo donde cada personaje tiene una historia, un secreto, una intención y miente y hace trampas con tal de conseguir lo que quiere. Pero la película es más cosas. Es una historia de amor, y también la historia de la canción Entra en mi cuerpo y sal de mi vida".

Las preferencias del cineasta y el éxito en 1980 de Ópera prima, su primer largometraje, vincularon a Trueba con el género de la comedia. "Hacer una comedia me parece lo más arriesgado en cine. Requiere una respuesta inmediata y física del espectador: la risa. En este sentido, la comedia es como saltar en el trapecio sin red. Nada hay más patético que un chiste sin gracia. Cuando un drama sale mal y la gente se ríe, dicen que es un melodrama desmadrado. Si una comedia no es divertida, nadie puede explicar que era una tragedia griega".

Trueba se altera cuando se menciona el término comedia madrileña. "Esta etiqueta es lo que peor llevo de todo. Ya con Opera prima se empezó a hablar de comedia madrileña y era una comedia intimista con cuatro personajes y apenas dos planos de la plaza de la Opera. La historia podía haber ocurrido en Helsinki o en Vitigudino. Con Sal gorda esperó que nadie recurra a la misma historia, ya que su protagonista nació en Leningrado, la chica es catalana, la madre rusa, el padre murciano, y además aparecen un italiano, una sueca, una francesa, un yanqui, dos argentinos..."

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