Un año inhabilitaron a Paula...
Hace unos años Rafael de Paula, que más o menos había cogido la costumbre de dejarse vivos los toros, fue inhabilitado por un año. La medida pareció ejemplarizadora a muchos aficionados y críticos, mientras otros, y principalmente el taurinismo en pleno, emprendieron una furibunda y demagógica campaña en defensa del torero y consiguieron que se le levantara la sanción. Se salvó Paula, pero quedó abonado el terreno para que fructificaran las inhibiciones y la desvergüenza gozara de impunidad.El altercado que provocó Curro en Las Ventas es tan grave que ha inducido al Ministerio del Interior a continuar la campaña de saneamiento de la fiesta, iniciada con la inhabilitación de los "afeitadores", la cual merece todo el apoyo de público y aficionados. Las medidas que últimamente ha adoptado contienen muy sutilmente un certero proyectil que se dirige contra la misma línea de flotación del amasijo de interéses e influencias en que navega buena parte del taurinismo.
Ese taurinismo se revolverá, como acostumbra, con sus usuales artimañas, e inspirará de nuevo la difusión de argumentos demagógicos para forzar a Interior a retractarse. Esta vez, en cambio, la afición puede formar un frente unido que invalide sus propósitos.