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El presidente egipcio podría liberar a algunos disidentes

El nuevo presidente egipcio, Hosni Mubarak, intenta suscitar un "consenso nacional" de apoyo a su lucha contra los integristas islámicos, y concretamente contra su fracción más dura y violenta, la organización Takfir wa Hegra (Arrepentimiento y lucha sagrada).

Casi tres semanas después del asesinato del presidente Anuar el Sadat y la detención de los presuntos jefes de la "conspiración integrista", Mubarak intenta ahora asociar a la oposición laica a su intento de aislar a los integristas.

En una larga entrevista publicada el viernes y ayer por el diario Al Ajram, el jefe de Estado egipcio hace un llamamiento a los partidos de oposición, reprimidos por el presidente Sadat durante el pasado mes de mayo, pidiéndoles que "renuncien a sus opiniones personales y partidarias estériles" porque, de no hacerlo, "los terroristas podrán seguir actuando" y poniendo en peligro la seguridad del país y su estabilidad.

El presidente Mubarak dio a entender que algunos de los miembros de la oposición detenidos por su predecesor en septiembre, y contra los que no será formulada ninguna acusación por el fiscal, podrán ser liberados en los dos próximos meses.

Mubarak subrayó que la "amenaza" integrista no afecta únicamente a las personalidades del régimen, sino que los atentados planeados por Takfir wa Hegra están también dirigidos contra responsables de la oposición y dignatarios religiosos.

La seguridad egipcia ha detenido hasta ahora a 356 miembros de la "organización terrorista" acusada de haber perpetrado el atentado que costó la vida al presidente Sadat, según un balance dado a conocer ayer por el semanario Ajbar el Yom.

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