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Crítica:MUSICA CLASICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Wagner y Bruckner, interpretados con pasión por la Filarmónica de Londres

Desde la fecha de su estreno por Nikisch (1884), la Séptima sinfonía goza del favor de los públicos y la mayor consideración de la crítica. Unos y otra encuentran en la obra una rara conjunción de grandeza y simplicidad, tanto cuando parte de pensamientos diatónicos como cuando circula por un cromatismo que, dígase lo que se diga, se aparta bastante del wagneriano.En medio de la soberbia pujanza, fruto de una inspiración constructiva de alto vuelo, aparece la hermosísima página que es el Adagio, de tan intenso lirismo en sus soluciones melódicas como en la marcha de las armonías o circula un frescor popular entre las frondas del scherzo. Todo en la Séptima respira autenticidad, veracidad de un sentimiento que precisa de determinado lenguaje, amplias estructuras para exteriorizarse y sustancialidad de unos desarrollos que, con frecuencia, parten de ideas elementalísimas.

Orquesta Filarmónica de Londres

Director: Jesús López Cobos. Obras de Wagnery Bruckner.Teatro Real. 30 de abril de 1981.

López Cobos dirigió en Madrid a la Sinfónica de RTVE esta sinfonía en febrero de 1975. Su versión, como es lógico, no ha cambiado. Si acaso, se han afianzado los criterios y es distinta -en la misma sonoridad- la respuesta de los filarmónicos londinenses, cuyas cuerdas lucieron con especial vibración y densidad.

El director español posee un fuerte sentido arquitectural y un evidente afán de clarificación unido a principios de máxima fidelidad a lo escrito. López Cobos y la orquesta parecían trabajar para situar, en primer plano, la obra de Bruckner, a la que sirvieron con pasión y conocimiento.

El triunfo fue total y merecido. Antes, los músicos ingleses y nuestro compatriota expusieron el Preludio y muerte de Isolda; yo diría que desde un deseo -consciente o inconsciente- de aproximar los pentagramas wagnerianos al espíritu de Bruckner que tanto los amaba. Hubo lleno a rebosar, entusiasmo sin límite y un solicitado encore.

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