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Manifestaciones antisoviéticas en el primer aniversario de la invasión de Afganistán

Manifestaciones en varias capitales, a veces violentas, como en Teherán, donde refugiados afganos trataron de invadir las embajadas de la URSS y Afganistán, marcaron el priwer aniversario de la intervención soviética en Afganistán.

La resistencia afgana, que conmemoró el hecho quemando una bandera de la Unión Soviética ante 2.000 refugiados concentrados cerca de Peshawar (Pakistán), pidió a sus seguidores en el interior de Afganistán que organicen huelgas, manifestaciones en las calles y que icen banderas negras en los tejados de las casas. Por el momento, se carece de noticias sobre el grado de seguimiento de estas consignas.Refugiados y estudiantes afganos se manifestaron en varias ciudades europeas. Varios centenares de ellos atravesaron Bonn y Francfort distribuyendo a los peatones una resolución en la que denuncian los «bárbaros crímenes cometidos por los agresores rusos».

En París, una delegación de la izquierda no comunista fue recibida, por primera vez, en la Embajada de la URSS, donde los diplomáticos les expresaron su estupor por el hecho de que personas de la izquierda hiciesen caso de la postura de «los reaccionarios afganos».

En Nueva Delhi, una delegación de los refugiados se manifestó ante la representación diplomática de la URSS e inició una huelga de hambre.

Pero los incidentes más graves tuvieron lugar en Teherán, donde los refugiados encabezaron a los 6.000 manifestantes que trataron de penetrar en la Embajada de la URSS primero, y en la de Afga nistán, después.

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Agresión contra la embajada de la URSS en Teherán

Algunos de los refugiados lograron penetrar en el recinto de la Embajada de la URSS y arriaron la bandera sovietica y, tras destrozarla, la sustituyeron por una verde. En la entrada del edificio rompieron todo cuanto había a su alcance.

Los guardianes de la revolución, que fueron rebasados en varias ocasiones, tuvieron que ser reforzados por policías para contener a los manifesta rites y realizaron disparos al aire algunas personas resultaron heridas.

La agencia soviética Tass se hizo eco ayer de estos incidentes, que atribuyó a «elementos extremistas, cuya acción ha estado inspirada manifiestamente por las fuerzas reaccionarias».

En breve despacho fechado en Teherán, la a 3,encia soviética dice que «a pesar del dispositivo de protección montado, un grupo de ladrones hizo irrupción en los locales de la embajada y causó daños importantes». Por su parte, el antiguo rey de Afganistán, Mohammed Zaher Chah, rompió ayer su silencio en el exilio romano, declarando a la radio italiana que «rezaba a Dios para que apoye al pueblo afgano en su heroica lucha y en su guerra legítima en favor de la independencia, la libertad y la dignidad humana».

Mientras que la República Popular China acusaba a la URSS de «cometer crímenes a sangre fría en Pakistán», el régimen de Kabul celebró su primer aniversario anunciando las grandes líneas de cinco acuerdos económicos firmados con Moscú y que, según el vicepresidente afgano, sultán Alí Keshtmand, «tienen una eminente importancia».

En la capital soviética, la Prensa multiplicó ayer los artículos tranquilizadores sobre la «situación que se normaliza» en Afganistán. Según los observadores occidentales en Moscú, no hay ningún hecho nuevo que haga presumir una próxima retirada de las tropas soviéticas. Esta misma opinión impera en Washington, donde se considera que al no haber conseguido dominar la rebelión, el Ejército soviético parece instalarse en el país para una ocupación de varios años.

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